El uso de pantallas en bebés está asociado con retrasos en su desarrollo

En los restaurantes, centros comerciales y parques cada vez se repite con más frecuencia una escena que llama la atención: bebés, en sus cochecitos o tronas, están totalmente sumergidos en las imágenes que les proyectan los dispositivos móviles. Sin embargo, esta práctica genera preocupación en psicólogos, pediatras y expertos en el desarrollo infantil. En este escenario surge la pregunta: ¿es conveniente el uso de pantallas en bebés?

Una de las más recientes investigaciones al respecto señala que el abuso de las pantallas en los primeros 12 meses de edad puede afectar el desarrollo infantil. En este artículo analizaremos este tema y explicaremos qué señalan esta y otras investigaciones recientes.

Escrito por María Fernanda Ramírez Ramos, periodista especializada en salud y redactora de INESALUD.

El uso (y abuso) de pantallas puede afectar el desarrollo infantil 

A medida que la tecnología se ha vuelto omnipresente en nuestras vidas, los niños, niñas y adolescentes están cada vez más expuestos a dispositivos electrónicos desde una edad temprana. Este fenómeno plantea interrogantes sobre cómo las pantallas pueden influir en el desarrollo físico, mental y social de los más pequeños. En este contexto, es crucial explorar las posibles consecuencias y considerar estrategias para un empleo equilibrado y saludable de la tecnología en la infancia.

Retraso en comunicación y resolución de problemas

Un estudio reciente realizado en Japón con 7.097 bebés y sus madres encontró que la exposición a pantallas en niños menores de un año se asocia con retrasos posteriores en el desarrollo de habilidades de comunicación y resolución de problemas. 

"En particular, más de 4 horas de tiempo de pantalla por día se asoció con retrasos en el desarrollo en la comunicación y la resolución de problemas en las edades de 2 y 4 años", señala este estudio publicado en la Revista Jama Pediatrics. Al respecto, se encontró que a mayor exposición, mayores riesgos. 

Pese a los resultados, los y las investigadoras de la Universidad de Sendai, Japón, señalan que es preciso continuar investigando sobre el tema. No obstante, este estudio se suma a otras investigaciones que señalan que no es una buena idea exponer a los bebés frente a una pantalla.

De hecho, se ha demostrado que "la exposición a pantallas reduce la capacidad de los bebés para leer las emociones humanas y controlar su frustración", como señala la experta Carlota Nelson, en un artículo para la UNICEF. Esto sucede porque la comunicación es en su mayoría no verbal y para aprenderla se requiere del contacto físico con otras personas.

Dificultades lingüísticas 

El tiempo que los bebés pasan frente a las pantallas a menudo se traduce en menos interacción verbal y física con los padres y cuidadores, lo que puede retrasar el desarrollo del lenguaje y las habilidades cognitivas.

Una revisión sistémica y metanálisis de 42 estudios, sobre el uso de pantallas y el desarrollo del lenguaje infantil, encontró que una mayor cantidad de uso de pantallas en bebés y niños se asoció negativamente con el desarrollo del lenguaje infantil. No obstante, los hallazgos también mostraron que una mejor calidad del uso de pantallas (es decir, programas educativos y visualización conjunta con cuidadores) se asoció positivamente con las habilidades lingüísticas del niño. 

Esto confirma que el contexto o la forma como se usan las pantallas también influye. En este sentido, es más conveniente hacerlo en presencia de padres o cuidadores (co-visualización). Esta es una oportunidad para hacer preguntas e interactuar, más allá de una exposición “pasiva”, lo que puede tener beneficios. 

Otros retrasos en el desarrollo infantil 

Un estudio realizado en Canadá por profesionales de la Universidad de Calgary, el Instituto de Investigación del Hospital Infantil de Alberta y la Universidad de Waterloo encontró que un mayor tiempo de pantalla a los 36 meses se asoció con puntuaciones más bajas en las pruebas de detección del desarrollo a los 60 meses (5 años).

Este estudio, por tanto, sugiere que los efectos pueden ser a largo plazo. Asimismo, se sugiere el desarrollo de planes de orientación familiar que permitan administrar el tiempo frente a las pantallas de forma adecuada y que se eduque frente a las consecuencias del uso excesivo. 

Problemas de sedentarismo y juego al aire libre ​​​​​​

El uso excesivo de dispositivos móviles puede disuadir a los niños de pasar tiempo al aire libre y participar en actividades físicas, lo que es esencial para un desarrollo saludable. Al respecto, hay un problema de sedentarismo que está en aumento y que tiene un impacto en el desarrollo posterior de enfermedades y en la adquisición de hábitos saludables. 

En relación con este tema, una investigación publicada en la Revista Jama Pediatrics encontró que el juego al aire libre puede actuar como un factor atenuante frente a los efectos negativos del uso de pantallas en bebés y niños y las dificultades en el desarrollo.

Esta investigación halló que un tiempo de pantalla de más de 1 hora al día a la edad de 2 años se asoció con una menor comunicación y habilidades de la vida diaria a los 4 años. No obstante, el juego al aire libre, al actuar como un escenario de socialización y actividad, ayudó a mitigar el impacto en el desarrollo de habilidades para la vida diaria. 

Exposición a contenido inapropiado

Si no se supervisa adecuadamente la utilización de dispositivos móviles y pantallas, los niños y niñas pueden acceder a contenido inapropiado para su edad, lo que puede tener un impacto negativo en su desarrollo emocional y psicológico.

Asimismo, los infantes son vulnerables a desarrollar adicción a la tecnología, lo que puede afectar negativamente su capacidad para concentrarse en otras actividades y su bienestar emocional.

Problemas de sueño

La exposición a pantallas antes de acostarse puede interrumpir el sueño de los bebés, ya que la luz azul de las pantallas puede interferir con la producción de melatonina, la hormona del sueño.

¿Nada de pantallas hasta qué edad?

Si diferentes estudios indican que la exposición a dispositivos digitales y el uso de pantallas en bebés, niños y niñas aumenta las probabilidades de tener problemas en el desarrollo infantil, la pregunta que queda por hacer es ¿hasta qué edad no es conveniente?

Si bien es preciso velar por el desarrollo adecuado de los niños, también es imposible negar que tarde o temprano tendrán una interacción con los dispositivos móviles. En la vida moderna la tecnología y las pantallas son una parte fundamental de nuestro día a día. En este sentido, no se trata de aislarlos de la realidad, sino de respetar los tiempos del desarrollo. 

Diversas investigaciones señalan que cada vez se realiza una exposición a las pantallas a una edad más temprana. Por ejemplo, se estima que en Estados Unidos el 90% de los niños menores de 2 años son expuestos a pantallas digitales y en Corea, el 31.3% de los niños y niñas usan smartphones a partir de los 2 años. Y, por supuesto, el uso se mantiene alto en niños y adolescentes a medida que crecen. El problema es el abuso y el uso inadecuado, y la falta de preparación de padres y cuidadores para guiar un empleo adecuado. 

Recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud 

La OMS actualizó sus recomendaciones frente la actividad física, el sueño, el comportamiento sedentario y la exposición a pantallas en 2019. En estas señala que: 

• No es recomendada la exposición a dispositivos móviles en niños y niñas menores de un año. 
• No es recomendada un tiempo sedentario de exposición a pantallas, como ver televisión o jugar videojuegos, en niños y niñas de 1 año.
• Los niños y niñas de 2 años no deben tener exposición a pantallas por más de una hora. Mejor si no se realiza ninguna exposición. 
• Los niños y niñas entre 3 y 4 años no deben estar expuestos a pantallas por más de una hora. Entre menos tiempo mejor. 

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Bibliografía 

Los bebés necesitan humanos, no pantallas. (s/f). Unicef.org. Recuperado el 30 de agosto de 2023, de https://www.unicef.org/costarica/historias/los-beb%C3%A9s-necesitan-humanos-no-pantallas

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