La importancia de la higiene de manos en la prevención de infecciones hospitalarias
La atención de salud es un componente crítico de nuestra sociedad, destinado a preservar la salud y bienestar de los individuos. En este contexto, la limpieza y la higiene desempeñan un papel fundamental en la prevención y control de infecciones. Uno de los pilares de esta estrategia multimodal es la higiene de las manos.
¿Quién es Florence Nightingale?
Florence Nightingale, conocida como la fundadora de la enfermería moderna, fue una pionera en la atención sanitaria en el siglo XIX.
Durante la Guerra de Crimea, Nightingale implementó prácticas de higiene y limpieza en los hospitales de campaña, lo que redujo significativamente las tasas de infección y mejoró la seguridad del paciente. Por esto, se convirtió en un tema crucial para la epidemiología.
Su legado destaca la importancia de la higiene en la atención de salud y sienta las bases para lo que hoy en día se conoce como "Clean Care is Safer Care" (Una atención limpia es una atención más segura).
¿Cómo se propagan las infecciones en hospitales?
Las infecciones asociadas a la atención de salud representan una amenaza constante en los hospitales. Estas infecciones pueden propagarse a través de diversas vías, incluyendo el contacto con superficies contaminadas, el contacto persona a persona y, en particular, a través de las manos de los profesionales de la salud.
Los microorganismos patógenos, como bacterias, virus y hongos, pueden sobrevivir en diversas superficies y objetos, lo que facilita su transferencia y propagación.
Importancia de la higiene de manos para prevenir infecciones
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce la higiene de las manos como una medida esencial para prevenir y controlar las infecciones en entornos de atención de salud. Las manos son vehículos comunes para la transmisión de patógenos, y su limpieza adecuada puede reducir significativamente el riesgo de infección.
La higiene de manos no solo protege a los pacientes, sino que también salvaguarda a los profesionales de la salud y a la comunidad en general. Por lo tanto, la importancia de la higiene de las manos recae en su papel crítico en la prevención de estas infecciones. Además, también es importante mantener un correcto aislamiento hospitalario en caso de ser requerido.
Una de las razones por las que la higiene de manos es tan efectiva radica en su simplicidad y accesibilidad. Lavarse las manos regularmente con agua y jabón es una acción al alcance de todos. Además, es una estrategia rentable para prevenir infecciones, lo que ahorra costos de tratamiento y recursos sanitarios.
¿Cuáles son los momentos clave para la higiene de manos?
La OMS ha identificado cinco momentos críticos para la higiene de manos en la atención de salud:
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Antes del contacto con el paciente.
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Antes de realizar procedimientos limpios/asépticos.
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Después del contacto con fluidos corporales o superficies que pueden estar contaminadas.
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Después del contacto con el paciente.
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Después del contacto con el entorno del paciente.
Cumplir con estos momentos clave es esencial para evitar la propagación de infecciones y garantizar una atención más segura. Cada uno de estos momentos se vincula directamente con situaciones en las que los profesionales de la salud están en riesgo de transmitir o adquirir infecciones, ya sea por el contacto con los pacientes o entre ellos.
¿Qué métodos y técnicas existen para un lavado de manos adecuado?
La OMS también marca el procedimiento a seguir para llevar a cabo un lavado de manos adecuado:
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Mojar las manos con agua corriente tibia o fría.
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Aplicar la cantidad suficiente de jabón para cubrir todas las superficies de las manos.
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Frotar las palmas de las manos entre sí.
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Frotar la palma de una mano contra el dorso de la mano contralateral entrelazando los dedos, y viceversa.
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Frotar las palmas de las manos entre sí con los dedos entrelazados.
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Frotar el dorso de los dedos de una mano con la palma de la mano contralateral agarrando los dedos, y viceversa.
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Frotar con movimiento de rotación el pulgar de una mano, atrapándolo con la palma de la mano contralateral, y viceversa.
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Frotar la punta de los dedos de una mano contra la palma de la mano contralateral con un movimiento de rotación, y viceversa.
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Enjuagar las manos con agua.
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Secar las manos con papel o toalla desechable.
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Usar el mismo papel o toalla para cerrar el grifo.
Siguiendo este proceso se garantiza que se eliminen eficazmente los microorganismos de las manos. Además, el secado adecuado es esencial, ya que las manos húmedas pueden ser un medio para la proliferación de microorganismos.
¿Qué diferencia hay entre el uso de desinfectantes a base de alcohol y el lavado de manos con agua y jabón?
Tanto el lavado de manos con agua y jabón como el empleo de desinfectantes a base de alcohol son métodos efectivos para la higiene de manos. Sin embargo, existen diferencias clave en su aplicación y efectividad.
El agua y jabón actúan eliminando todo tipo de microbio de las manos, mientras que el desinfectante elimina ciertos microbios sobre la piel. Así que el primero es más eficaz que los desinfectantes de manos para eliminar ciertos tipos de microbios, algunas sustancias químicas perjudiciales (como los pesticidas) y metales pesados (como el plomo).
Saber cuándo limpiarse las manos y qué método usar será de vital importancia, entonces. Así pues, se puede realizar un lavado de manos con desinfectante cuando no se pueda usar agua y jabón, y cuando las manos no estén visiblemente sucias o grasosas, ya que el uso de desinfectante no podría tener la misma eficacia.
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