Neuropsicología de las praxias: conexiones entre mente y movimiento
Si alguna vez te has preguntado cómo nuestro cerebro nos permite realizar acciones motoras cotidianas como escribir, abotonar una camisa o tocar un instrumento musical, estás en el lugar adecuado. ¡Bienvenido/a al apasionante mundo de la neuropsicología de las praxias!
¿Qué son las praxias neuropsicológicas?
Las praxias son definidas como aquellas habilidades o capacidades para ejecutar un acto motor, de forma voluntaria, que suele ser aprendido. Es decir, se trata de las funciones cognitivas que se traducen en una serie de movimientos para cumplir un objetivo.
En un movimiento voluntario hay dos aspectos que intervienen. Por un lado, se encuentra la praxia, que implica el procesamiento de la información que da las “indicaciones” para ejecutar la acción. En este sentido, es un componente psicológico. El otro componente se conoce como motricidad, que no presenta un procesamiento cognitivo.
Tipos de praxias
Las praxias han sido ampliamente estudiadas por diversos/as investigadores. En este sentido, hay una serie de aproximaciones teóricas a ellas. Sin embargo, a continuación mencionaremos algunas de las clasificaciones o tipos de praxia sobre las que hay mayor consenso:
-
Praxias ideomotoras: implican la ejecución de acciones en respuesta a una orden o estímulo. Aquí están los movimientos voluntarios simples que han sido aprendidos. Ejemplos incluyen saludar o dar la mano.
-
Praxias ideatorias: requieren la planificación y secuenciación de movimientos para realizar tareas más complejas, que, por lo general, involucran otros objetos como abotonar una camisa, cepillarse los dientes o tocar un instrumento musical.
-
Praxias constructivas: involucran la capacidad para organizar y ensamblar objetos, como armar un rompecabezas o construir una torre con bloques.
-
Praxias visuoespaciales: responden a la habilidad para percibir y manipular objetos en el espacio, como copiar un dibujo o pintar.
-
Praxias orofaciales: se conoce como la capacidad de ejecutar movimientos o gestos con el rostro de forma voluntaria. Es decir, controlar y coordinar los músculos faciales. Por ejemplo, masticar, guiñar el ojo, sacar la lengua, torcer la boca o sonreír a alguien.
¿Cómo evaluar las praxias desde la neuropsicologia?
Aunque no es frecuente que reflexionemos sobre nuestros propios movimientos, ya que parecen algo natural, la capacidad de ejecutar o no una acción puede dar muchos indicios sobre el estado de salud de un paciente. Cada movimiento que una persona ejecuta está relacionado con una serie de funciones cerebrales.
Por esto, desde la neuropsicología existe el concepto de apraxia. Uno de los primeros en estudiar las apraxias y clasificarlas fue Liepman, quien señaló que se manifestaban como la incapacidad de mover partes del cuerpo a pesar de tener la capacidad física de hacerlo. Sin embargo, hoy en día existen diversas definiciones en torno a su concepto. No obstante, podría definirse como la pérdida de la habilidad para moverse, que resulta de una patología o lesión cerebral.
Por esta razón es que la evaluación de las praxias desde la neuropsicología es crucial para detectar un posible daño cerebral en las personas o la aparición de algún trastorno. Algunas de las actividades que se utilizan para trabajar o evaluar las praxias son:
- Vestirse: entregar una serie de prendas de vestir a un/a paciente para que se las ponga. Así, tendrá que determinar el orden y evaluar las condiciones del entorno o actividad.
- Armar un rompecabezas o ensamblar objetos: se presenta al individuo una serie de piezas o elementos para que los ensamble según un modelo o instrucciones, evaluando así las praxias constructivas
- Imitar gestos: se solicita al individuo que imite una serie de gestos simples, como saludar, señalar o dar la mano, para evaluar las praxias ideomotoras. Asimismo, se puede pedir que haga gestos como sacar la lengua, soplar, inflar las mejillas o poner hacer cara de miedo, para evaluar las praxias orofaciales.
- Hacer dibujos: se pide al individuo que copie un dibujo complejo o una figura geométrica, evaluando las praxias visuoespaciales.
Estas actividades permiten al neuropsicólogo evaluar las habilidades motoras y cognitivas relacionadas con las praxias, ayudando a identificar posibles dificultades o alteraciones en el funcionamiento del cerebro. Asimismo, se puede pedir al paciente que haga una serie de tareas que combinen la evaluación de diferentes praxias.
Si eres un psicólogo/a, médico/a, fisioterapeuta u otro profesional de la salud y estás interesado/a en el funcionamiento del cerebro, te invitamos a consultar nuestro catálogo de cursos formativos y másteres.