Radiofármacos en medicina nuclear a la vanguardia médica
Son varios los procedimientos diagnósticos actuales que emplean en sus exploraciones cantidades ínfimas de materiales radioactivos. La tomografía por emisión de positrones (PET/TC) o la gammagrafía (SPECT), utilizadas para determinar la aparición y desarrollo de una patología, son algunas de las pruebas que emplean radiofármacos en Medicina Nuclear.
Escrito por Génova Huertas García, farmacéutica y docente de INESALUD.
Estos radiofármacos, por tanto, desempeñan un papel muy importante en el diagnóstico, tratamiento e investigación de nuevos avances. Se trata de sustancias que combinan moléculas biológicas con trazadores radiactivos, que permiten visualizar procesos fisiológicos y patológicos a nivel molecular.
¿Qué son los radiofármacos?
Los radiofármacos son compuestos químicos que contienen un principio activo conocido como “trazador” unido a un isótopo radiactivo. Estos isótopos emiten una radiación que puede ser detectada mediante equipos de imagen especializados, como las cámaras gamma y los tomógrafos por emisión de positrones (PET).
La radiación emitida se emplea para determinar cómo se distribuye el radiofármaco en el compartimento biológico. De esta forma se puede definir la morfología e incluso la función de los órganos, indicando, por tanto, si presentan algún tipo de alteración.
Algunos ejemplos
En el diagnóstico, los radiofármacos se emplean para estudiar la función y la estructura de órganos y tejidos específicos. Por ejemplo, el radiofármaco tecnecio-99, es uno de los radioisótopos más empleados, ya que presenta una radiación baja, una vida media corta y elevada disponibilidad. Se trata de un trazador gamma-emisor ampliamente utilizado que se une a moléculas que son absorbidas selectivamente por el tejido que se desea estudiar. Esto permite a los especialistas obtener imágenes detalladas de órganos como el corazón, el cerebro, los huesos o el riñón, entre otros, lo que facilita el diagnóstico de diversas enfermedades, desde patologías cardíacas hasta cáncer óseo.
Además del diagnóstico, los radiofármacos también se utilizan en el tratamiento de ciertas enfermedades. La terapia con radioyodo, por ejemplo, se utiliza para tratar el cáncer de tiroides. En este procedimiento, se administra yodo-131, un isótopo radiactivo, que se concentra en el tejido tiroideo y destruye las células cancerosas al emitir radiaciones beta.
Otros ejemplos de radiofármacos son el samario-153 y el estroncio-89, empleados en el tratamiento del dolor óseo metastásico en pacientes con cáncer. Estos compuestos se acumulan en las áreas de tejido óseo afectadas y emiten radiación para aliviar el dolor y reducir el tamaño de los tumores.
Así mismo, un radiofármaco muy utilizado es el Flúor-18, Fluorodesoxiglucosa (FDG), en la tomografía por emisión de positrones (PET) para el diagnóstico e identificación de tumores y enfermedades metabólicas. También en procesos oncológicos adquiere relevancia el Cobalto-60 que concretamente se emplea en técnicas de radioterapia externa para el tratamiento de ciertos tipos de cáncer.
Desarrollo y producción de radiofármacos
La producción de radiofármacos es un proceso muy especializado que requiere instalaciones y equipos específicos. En España son regulados por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios. La elaboración de estos productos debe atender las exigencias recogidas en las Normas de Buena Preparación Radiofarmacéutica (BPR), que aúnan las normas de Buena Preparación Farmacéutica con la normativa de protección radiológica.
Los radioisótopos utilizados en la fabricación de radiofármacos son producidos en aceleradores de partículas o reactores nucleares. Una vez obtenidos los radioisótopos, se incorporan en compuestos químicos para formar los radiofármacos. Para llevar a cabo esta preparación se dispone de procedimientos cerrados y abiertos.
En los procedimientos cerrados, el radiofármaco se elabora adicionando ingredientes estériles a un recipiente cerrado también estéril. Este proceso dispone de un sistema que evita el contacto con la atmósfera. Por contra partida en los procedimientos abiertos, el ingrediente aún no acabado, si está en contacto con la atmósfera en algún momento del proceso de elaboración. Debido a esto, los procedimientos abiertos deben evitarse en la medida de lo posible.
Seguridad en su uso
Ni que decir tiene que la seguridad en el uso de radiofármacos es de máxima prioridad debido a la radiación asociada. Los profesionales que trabajan con estos compuestos deben seguir procedimientos específicos para minimizar la exposición a la radiación y proteger tanto a los pacientes como al personal especialista.
Avances futuros
La investigación en el campo de los radiofármacos continúa avanzando, impulsada por la necesidad de mejorar las técnicas de diagnóstico y tratamiento en medicina nuclear. Se están desarrollando nuevos radiofármacos con propiedades mejoradas, como una mayor especificidad para ciertos tejidos o una radiación más precisa. Además, se están explorando aplicaciones emergentes en áreas como la terapia génica y la medicina personalizada, donde los radiofármacos podrían desempeñar un papel trascendental en el tratamiento de enfermedades genéticas y el cáncer.
En resumen, los radiofármacos son herramientas esenciales en medicina nuclear, que ayudan en la obtención de diagnósticos precisos, y la prescripción de tratamientos efectivos. Su capacidad para proporcionar información detallada ha contribuido a mejorar la forma en que los profesionales médicos comprenden y abordan diversas enfermedades, mejorando significativamente la calidad de vida de los pacientes.
Formaciones que te recomendamos
Máster en Medicina Nuclear y Radiodiagnóstico
Curso Universitario de Especialización en Radioterapia. Simulación del Tratamiento
Referencias
Los radiofármacos son la nueva terapia del cáncer. (2020, diciembre 17). Instituto Nacional del Cáncer. https://www.cancer.gov/espanol/noticias/temas-y-relatos-blog/2020/radiofarmacos-radioterapia-cancer
Procedimientos generales para la preparación de radiofármacos. (2022, septiembre 28). Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios. https://www.aemps.gob.es/profesional-sanitario/farmacopea/guias/guia3/