La fisioterapia como disciplina encargada de la mejora de la función física necesita de herramientas para evaluar de forma precisa y completa al paciente. Para ello, el sistema de banderas en Fisioterapia es una metodología que permite reconocer factores de riesgo de afecciones graves o factores de pronóstico que pueden interferir en la recuperación del paciente identificando las señales de alerta que pueden influir en el proceso de recuperación.

Escrito por Juan Luis Ortega Rodríguez, fisioterapeuta y docente del área de fisioterapia de INESALUD. 

Historia del sistema de banderas

El sistema de banderas apareció en primer lugar a principios de la década de los 80 con el primer catálogo referente a las banderas rojas y desde entonces han ido apareciendo nuevas listas con nuevas banderas. ¿A qué es debido? Con la evolución y la investigación médica y por tanto también en el ámbito de la fisioterapia, se ha ido postulando la necesidad de cambiar el antiguo modelo biomédico, basado exclusivamente en patología y biomecánica, por un paradigma más actual y conceptual que engloba no sólo procesos biológicos si no también aquellos procesos fisiológicos (mayormente del sistema nervioso) junto con los factores sociales.

De esta manera, a las iniciales banderas rojas se han ido sumando otras nuevas categorías que incluyen los diversos factores biopsicosociales que necesitan   evaluación individual y que pueden afectar al proceso de tratamiento.

En 1997 se introduce el término bandera amarilla para englobar aquellos factores de riesgo psicológicos conductuales. Posteriormente, en el año 2002, los factores asociados al trabajo que en un principio fueron considerados como banderas amarillas se clasificaron en dos categorías distintas, las banderas azules sobre percepciones subjetivas en cuestiones laborales y las banderas negras sobre percepciones objetivas laborales. Más tarde, en 2005, se añadieron las banderas naranjas para identificar signos de trastornos mentales graves. Finalmente, en 2005 el fisioterapeuta Louis Gifford, animó a crear un nuevo tipo de bandera que sirviera para identificar los aspectos positivos de la recuperación en contraposición a las banderas amarillas más centradas en aspectos negativos. Estas fueran las denominadas banderas rosas.

Clasificación del sistema de banderas

Viendo de forma general las distintas banderas que podemos encontrarnos, distinguimos entre dos grandes grupos, las banderas clínicas y las banderas psicosociales.

Las banderas clínicas indican que puede existir la presencia de patologías que no corresponden tratar con fisioterapia y deben ser derivadas a otro profesional sanitario. Dentro de este grupo encontramos las banderas rojas y las naranjas.

Las banderas rojas son los signos o síntomas detectados que alertan de una posible patología grave o condición médica que requiere de evaluación y tratamiento. Hay que tener en cuenta que muchas patologías graves se manifiestan en forma de dolor musculoesquelético, pero de origen diferente a donde se manifiesta. Algunos de estos síntomas pueden ser dolor severo y repentino sin causa aparente, dolores nocturnos, fiebre, pérdida de peso significativa sin explicación aparente, historia previa de cáncer…

Las banderas naranjas son los signos o síntomas claramente no normales que pueden alertar de problemas psiquiátricos graves y que requieren derivación a un especialista en salud mental. Estas banderas pueden indicar trastornos graves de personalidad, abuso de drogas, depresión grave…

El otro grande grupo es el de las banderas psicosociales. Éstas indican características o factores dentro de un contexto social que empeoran el pronóstico y pueden afectar al proceso de recuperación No están relacionados de forma directa con la patología, pero sí que influyen en el dolor y la discapacidad. Agrupamos las banderas dentro de este grupo en amarillas, azules, negras y rosas.

Las banderas amarillas se refieren a factores psicológicos como los pensamientos o sentimientos y conductuales que pueden influir negativamente en la recuperación del paciente pudiendo desarrollarse cronicidad de síntomas a largo plazo.

De forma práctica se pueden clasificar con la propuesta ABCDEFW de Kendall et al (1997). Las siglas refieren a actitudes y creencias (Attitudes and Beliefs), comportamientos (Behaviours), compensaciones (Compensation Issues), diagnóstico y tratamiento (Diagnosis and Treatment), emociones (Emotions), familia (Family) y trabajo (Work).

Las banderas azules relacionan aspectos del entorno laboral con la salud y cómo el trabajo influye en la recuperación. Algunos factores explicativos son la insatisfacción laboral, el estrés laboral, los conflictos o las exigencias tanto físicas, relacionadas con la carga física laboral como psicológicas, relacionadas con la carga mental.

Las banderas negras señalan aspectos sociales, del entorno y condiciones objetivas laborales que están fuera del control del paciente tales como políticas de empresa, problemas financieros, turnicidad, conflictos con aseguradoras, etc…

Por último, hablaremos de las banderas rosas. En contraposición a las demás banderas anteriores de aspecto negativo, estas banderas se centran en los aspectos positivos de la recuperación en cuanto a las creencias, actitudes y comportamientos que van a ayudar a una mejor y más rápida evolución. Aspectos como la confianza, la positividad o la motivación van a influir en la mejora del proceso.

¿Por qué es importante su identificación?

La identificación de estas banderas es esencial para los fisioterapeutas en la evaluación y en el tratamiento para decidir y tener claro el proceso sobre la toma de decisiones en el campo de actuación que corresponde. Por un lado, se podrá establecer si es competencia propia de intervención y determinar contraindicaciones y precauciones para tener en cuenta en el proceso.

Además, la identificación de signos de posibles patologías médica graves ayudará a realizar un estudio precoz y más exhaustivo en beneficio del propio paciente. También, al considerar no sólo síntomas físicos, sino también psicológicos, laborales y sociales de forma integral, promueve la mejora de resultados y minimiza el riesgo de desarrollar dolor crónico y discapacidad a largo plazo.

Para ello, es importante realizar una historia clínica detallada en primera intervención para cribar sobre los signos y síntomas e identificarlos en la posible categorización de las diferentes banderas para decidir el plan de actuación adecuado, usando de manera eficiente un razonamiento clínico.

Esto implica realizar con profundidad la anamnesis, antecedentes médicos y pruebas físicas y funcionales. Una vez determinado la posible existencia de algún tipo de bandera, es importante evaluar la derivación al especialista más adecuado.

Subrayar la importancia del trabajo en equipo multidisciplinar, ya que la colaboración entre diferentes profesionales de la salud abordará las necesidades del paciente en pro de asegurar un tratamiento y recuperación de manera efectiva