Cáncer de mama

El cáncer de mama es una de las enfermedades oncológicas más comunes entre las mujeres, aunque también puede afectar a los hombres en menor proporción, que se caracteriza por el crecimiento descontrolado de células cancerosas en el tejido mamario.

Este tipo de cáncer puede afectar a ambas mamas, aunque es más frecuente que se desarrolle en una sola. La probabilidad de desarrollar cáncer de mama depende de varios factores, incluidos los antecedentes familiares y otros factores de riesgo del cáncer de mama. 

Factores de riesgo

Los factores de riesgo del cáncer de mama incluyen la edad avanzada, la historia familiar de cáncer de mama, la mutación en genes como BRCA1 y BRCA2, la exposición a radiación, la menarquia temprana, la menopausia tardía, y el uso de terapia hormonal postmenopáusica. Otros factores como la obesidad, el consumo de alcohol y la falta de actividad física también aumentan el riesgo. 

Existen varios tipos de cáncer de mama, entre los que se encuentran el carcinoma ductal in situ y el carcinoma lobulillar. El carcinoma ductal in situ es el tipo más temprano de cáncer de mama, donde las células cancerosas se encuentran en los conductos de la mama, pero no se han propagado a otros tejidos. Por otro lado, el carcinoma lobulillar se origina en los lóbulos mamarios y también puede permanecer in situ o invadir otros tejidos. 

Síntomas del cáncer de mama

Los signos o síntomas del cáncer de mama pueden variar, pero algunos de los más comunes incluyen:

  • Bulto en la mama
  • Cambios en el tamaño o la forma de la mama
  • Secreción del pezón
  • Cambios en la piel de la mama
  • Enrojecimiento
  • Arrugas.  

El National Cancer Institute (Instituto Nacional del Cáncer) indica que hay varios factores que aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de mama. Estos incluyen la edad, la densidad mamaria, la exposición a radiaciones, y ciertos cambios genéticos. Tener receptores de estrógeno positivos también puede influir en la progresión del cáncer de mama, ya que las células cancerosas pueden crecer en respuesta a esta hormona. 

Por otro lado, hay prácticas y cambios en el estilo de vida que pueden disminuir el riesgo de desarrollar cáncer de mama. Entre estos se incluyen mantener un peso saludable, realizar actividad física regularmente, limitar el consumo de alcohol, y considerar la lactancia materna.

Además, la detección temprana a través de mamografías y autoexámenes puede mejorar las tasas de supervivencia. 

En cuanto a los tratamientos para el cáncer, estos pueden variar según el tipo y estadio del cáncer. Las opciones de tratamiento incluyen cirugía (para remover el tumor), radioterapia, quimioterapia, terapia hormonal (especialmente relevante para cánceres que tienen receptores de estrógeno), y terapias dirigidas que atacan características específicas de las células cancerosas.

Cada tratamiento tiene sus propios efectos secundarios, que pueden incluir fatiga, náuseas, pérdida de cabello, y riesgo de infecciones. 

La propagación del cáncer de mama se produce cuando las células cancerosas invaden los vasos y los ganglios linfáticos, o incluso los vasos sanguíneos, diseminándose a otras partes del cuerpo. Este proceso, también conocido como metástasis, puede complicar el tratamiento y afectar el pronóstico del paciente.