Colon irritable

El síndrome del intestino irritable (SII), también conocido como colon irritable, es un trastorno gastrointestinal crónico que afecta el funcionamiento normal del intestino grueso (colon). Si bien la causa exacta del SII no se conoce completamente, se cree que varios factores pueden predisponer a una persona a desarrollar este trastorno, incluyendo:

  • Existe evidencia de que el SII puede tener una predisposición genética, ya que se observa con mayor frecuencia en familias con antecedentes de trastornos digestivos.
  • Las alteraciones en la comunicación entre el intestino y el cerebro pueden desempeñar un papel en el desarrollo del SII.
  • El estrés, la ansiedad y otros trastornos psicológicos pueden influir en la actividad intestinal y aumentar los síntomas del SII.
  • Se ha sugerido que desequilibrios en la microbiota intestinal, el conjunto de microorganismos que habitan en el tracto gastrointestinal, pueden contribuir al desarrollo del colon irritable.
  • Algunos estudios sugieren que la inflamación de bajo grado en el intestino y una respuesta inmunitaria anormal pueden desempeñar un papel en la patogénesis del SII.
  • El consumo de ciertos alimentos, como lácteos, alimentos ricos en grasas o alimentos picantes, así como el estrés, pueden desencadenar o empeorar los síntomas del SII en algunas personas. 

Causas del colón irritable

La fisiopatología es compleja y aún no se comprende completamente. Sin embargo, se han identificado varios mecanismos que pueden contribuir al desarrollo y la manifestación de este trastorno gastrointestinal crónico. Se cree que las alteraciones en la motilidad intestinal juegan un papel fundamental en el SII.

En algunas personas con SII, se observan cambios en la frecuencia y la regularidad de las contracciones musculares del intestino, lo que puede provocar síntomas como diarrea, estreñimiento o una combinación de ambos.

Estas alteraciones en la motilidad pueden estar relacionadas con anomalías en el sistema nervioso entérico, que controla la actividad motora del intestino, así como con desequilibrios en los neurotransmisores implicados en la regulación de la motilidad intestinal.

Otra característica importante del SII es la hipersensibilidad visceral, que se refiere a una mayor sensibilidad a las señales sensoriales provenientes del intestino. Las personas con SII pueden experimentar sensaciones de dolor abdominal, distensión y malestar intestinal con una intensidad mayor de lo normal, incluso en respuesta a estímulos benignos, como la distensión gástrica o la contracción intestinal.

Se cree que esta hipersensibilidad visceral está mediada por alteraciones en la percepción sensorial en el sistema nervioso central, así como por cambios en la función de los receptores de dolor en el intestino. 

Además, existe una estrecha interacción entre el intestino y el cerebro a través del eje intestino-cerebro, que implica la comunicación bidireccional entre el sistema nervioso entérico y el sistema nervioso central. Alteraciones en esta comunicación pueden contribuir al desarrollo y la manifestación de los síntomas del SII, especialmente en relación con el estrés y los trastornos emocionales.

El estrés crónico y la ansiedad pueden desencadenar cambios en la actividad neuronal y en la función intestinal, exacerbando los síntomas del SII en algunas personas. 

Aunque el SII no se considera una enfermedad inflamatoria intestinal como la patología de Crohn o la colitis ulcerosa, se han observado ciertos cambios en la mucosa intestinal y en la composición de la microbiota intestinal en algunas personas con SII. Se ha sugerido que la inflamación de bajo grado y los desequilibrios en la microbiota intestinal pueden desempeñar un papel en la patogénesis del SII o colon irritable, aunque aún se necesitan más investigaciones para comprender completamente esta relación.