Faringitis

La faringitis, conocida popularmente como dolor de garganta, es una inflamación de la faringe que se manifiesta con dolor al tragar, carraspera y, en algunos casos, agrandamiento de los ganglios del cuello. También puede ser llamada faringoamigdalitis.

La faringe es la zona situada en la parte posterior de la garganta que conecta la boca con el esófago y la tráquea. Esta inflamación puede causar molestias, irritación y dificultad para tragar.

Causas de la faringitis

La faringitis puede tener diversas causas. Las más comunes son:

Infecciones virales: Los virus son la causa más frecuente de faringitis, responsables de hasta el 70% de los casos. Entre los virus más comunes se encuentran el rinovirus (responsable del resfriado común), el virus de la influenza y el coronavirus. En menos casos, el virus de Epstein-Barr, el herpes o el VIH pueden causar también irritaciones en la faringe.

Infecciones bacterianas: Las bacterias también pueden causar faringitis, aunque son menos comunes que las virales. La bacteria más comúnmente asociada a la faringitis bacteriana es el estreptococo del grupo A, responsable de la faringitis estreptocócica. 

Alergias y contaminantes: Los alérgenos como el polen, el polvo o el humo pueden irritar la faringe y provocar síntomas similares a la faringitis. Por otra parte, la exposición a contaminantes como el humo del cigarrillo o los productos químicos irritantes también puede provocar faringitis.

Síntomas de la faringitis

Los síntomas más comunes de la faringitis son:

Dolor de garganta: La principal característica de la faringitis es el dolor causado por la inflamación. Puede variar en intensidad desde una leve molestia hasta un dolor punzante y agudo, que se puede irradiar hacia los oídos. 

Dificultad para tragar: El dolor y la inflamación pueden dificultar el paso de la saliva y los alimentos. Esto causa molestias al tragar. De hecho, el rechazo a los alimentos por parte de los niños y niñas que aún no hablan es uno de sus principales síntomas.

Garganta irritada: Se puede sentir una sensación de sequedad, aspereza o picazón en la garganta.

Enrojecimiento: La faringe puede verse enrojecida e inflamada.

Amígdalas inflamadas: En algunos casos, las amígdalas también pueden inflamarse y, en algunas ocasiones, llegar a presentar pus.

Fiebre: La fiebre, aunque no siempre presente, puede ser un síntoma de faringitis, especialmente en casos de origen bacteriano.

Tos y cambios en la voz: La irritación de la garganta puede provocar una tos seca e irritativa, así como cambios en la voz.

Ganglios linfáticos inflamados: Los ganglios linfáticos del cuello pueden aumentar de tamaño y volverse sensibles al tacto.

Malestar general: Especialmente cuando tiene un origen vírico, suele venir acompañada del malestar general típico de los resfríos y enfermedades respiratorias. 

Halitosis: Las infecciones en las amígdalas y faringe pueden causar mal aliento.

Tratamiento de la faringitis

El tratamiento de la faringitis dependerá de la causa:

Faringitis viral: La mayoría de las faringitis virales no requieren tratamiento específico y se resuelven por sí solas en unos días. El tratamiento se centra en aliviar los síntomas, como el dolor de garganta, la fiebre y la congestión.

Se pueden utilizar medicamentos de venta libre como paracetamol o ibuprofeno para aliviar el dolor y la fiebre. Además, se recomienda beber abundantes líquidos, descansar lo suficiente y realizar gárgaras con agua tibia con sal o comprar pastillas chupables que alivien la molestia. 

Faringitis bacteriana: La faringitis bacteriana, como la faringitis estreptocócica, requiere tratamiento con antibióticos. Los antibióticos ayudan a eliminar la bacteria y prevenir complicaciones. Para esto es preciso consultar con un/a médico/a que pueda establecer si se trata de una bacteria y recetar tratamiento con antibióticos. Es preciso señalar que este se debe seguir al pie de la letra, incluso si los síntomas se alivian antes de terminar la toma de los medicamentos. 

Para el caso de las irritaciones por alergias o productos es necesario evitar la exposición al contaminante o alérgeno. A su vez, es conveniente mantener la garganta húmeda, hacer gárgaras o usar mascarrilla.