Parálisis del sueño

La parálisis del sueño es el fenómeno en el que, al despertar o al quedarse dormido, se produce una incapacidad de moverse o hablar. Aunque los episodios de parálisis duran segundos, la sensación de angustia hace que se sienta mucho más largo.

Este trastorno se debe a una desincronización en los ciclos de sueño, especialmente durante la fase de sueño REM. Durante el sueño REM, el cerebro está muy activo y produce movimientos oculares rápidos. Por otro lado, el cuerpo se encuentra en un estado de parálisis natural para evitar que los movimientos que producimos en los sueños causen lesiones. Los episodios de parálisis de sueño se producen cuando una persona se despierta estando todavía en fase REM.

Una de las causas más comunes de la parálisis del sueño es la privación del sueño, ya que interrumpe los ciclos del sueño y aumenta la probabilidad de sufrir estos episodios de parálisis. También puede darse en personas que sufren trastornos del sueño, como la narcolepsia.

Algunos de los síntomas de las parálisis del sueño son la incapacidad de moverse o hablar, generalmente en el momento de despertar o de quedarse dormido. También puede aparecer una sensación de opresión en el pecho o de una “presencia maligna” en la habitación. Esto se conoce como alucinaciones hipnagógicas (alucinaciones durante el sueño) o alucinacones hipnopómpicas (alucinaciones durante el despertar).

Algunas personas también experimentan una sensación de ansiedad extrema durante estos episodios. Las alucinaciones pueden ser visuales, auditivas o táctiles, y las personas a menudo creen ver figuras oscuras o sentir que están siendo observadas.

Existen ciertos factores que incrementan la posibilidad de experimentar episodios de parálisis del sueño. La privación del sueño es uno de los factores principales. Cuando una persona no descansa lo suficiente, los ciclos de sueño se interrumpen, lo que puede provocar la aparición de estos episodios.

También influyen el estrés, las alteraciones en los hábitos de sueño y los trastornos del sueño, como la narcolepsia, el insomnio o la apnea del sueño, ya que empeoran la calidad del descanso.

Mantener una buena higiene del sueño es fundamental para prevenir la parálisis del sueño. Adoptar hábitos que promuevan el sueño profundo y reparador es vital para nuestra salud:

• Establecer un horario de sueño regular: Mantener un horario de acostarse y despertarse para todos los días ayuda a regular los ciclos de sueño y facilita la transición entre las fases del sueño.
• No exceder en el sueño diurno. Si tienes la costumbre de dormir la siesta, intenta que no dure más de 45 minutos.
• Evitar la cafeína y las comidas pesadas antes de dormir.
• Crear un ambiente propicio para dormir: La oscuridad, el silencio y la temperatura adecuada ayudarán a mejorar la calidad del sueño. Además, es recomendable evitar el uso de pantallas electrónicas antes de dormir, ya que la luz azul puede interferir con la producción de melatonina, una hormona esencial para dormir.
• Gestionar el estrés: La ansiedad y el estrés contribuyen a la privación del sueño, por lo que realizar técnicas de relajación ayudará a mejorar el descanso.
• Duerme lo suficiente: Dormir entre 7 y 9 horas es fundamental para mantener los ciclos de sueño en equilibrio.

Aunque la parálisis del sueño no es peligrosa, es preferible evitarla para no sufrir esa sensación de agonía. Mejorar la higiene del sueño es la clave para tratar la parálisis del sueño, además de corregir factores que puedan contribuir a la aparición de estos episodios, como el estrés o los trastornos del sueño.

Si los episodios son recurrentes, un profesional de la salud podría recomendar terapia cognitivo-conductual o medicamentos que ayuden a regular los ciclos de sueño.

Mintz, L. (2023, April 25). Qué es la misteriosa “parálisis de sueño” (y qué dice la ciencia sobre por qué se produce). BBC. https://www.bbc.com/mundo/vert-fut-65374559