Parto Vaginal

El parto vaginal es el que se produce cuando el bebé sale del útero materno a través de la vagina. Es la forma tradicional y la más recomendable si no existen otro tipo de complicaciones. Puede realizarse con la intervención de anestesia epidural para sentir un alivio del dolor o de manera natural. Por lo general, el parto se da entre la semana 38 y 42 de embarazo.

Aunque generalmente la duración del parto vaginal puede durar entre 12 y 18 horas, no existe una estimación concreta del tiempo de duración de un parto vaginal, ya que dependerá de muchos factores como el tamaño del bebé, su peso la posición y el número de contracciones. Los partos de madres primerizas suelen tener una duración mayor, aunque no todos los casos son iguales.

 

Etapas del parto vaginal

Podemos dividir el parto vaginal en cuatro fases continuadas:

Preparto: empiezan a sentirse progresivamente los primeros síntomas.

La fase de dilatación comprende desde el inicio de las contracciones hasta que la dilatación del cuello uterino está completa (10cm). En esta fase se procede al ingreso de las futuras madres en el hospital. Se puede distinguir entre fase latente (la dilatación del cuello del útero es lenta) y la fase activa (la dilatación es más rápida y las contracciones más frecuentes). En esta fase las futuras madres deben utilizar técnicas de respiración para sentir un alivio del dolor.

La segunda fase comienza cuando se da la dilatación completa y empieza a asomar la cabeza del bebé, finalizando con la expulsión del recién nacido. Durante esta fase, la madre tiene un papel activo, haciendo fuerza en las contracciones mediante un empuje para ayudar al bebé a salir más fácilmente a través del canal vaginal. En ocasiones se realiza una episiotomía, un corte entre la vagina y el recto para hacer el canal del parto más amplio y facilitar la expulsión. Se cierra mediante puntos al final del parto.

La tercera fase es la del alumbramiento. Este periodo comprende desde que el bebé sale totalmente hasta que la madre expulsa la placenta. En condiciones normales no debe tardar más de 30 minutos, de lo contrario, se denominaría como placenta retenida y tendría que ser intervenida por el equipo médico.