Queloide
El queloide es un tipo de cicatriz que se forma como resultado de una proliferación excesiva de tejido fibroso en la piel tras una lesión, cirugía, quemadura, acné, perforación o cualquier tipo de trauma cutáneo. Se caracteriza por su crecimiento más allá de los límites de la lesión original. Los queloides suelen presentar una apariencia elevada, dura, de textura brillante y con tonalidades que varían desde el rosado hasta el marrón oscuro.
Cómo se desarrolla un queloide
El desarrollo de un queloide implica una alteración en el proceso de cicatrización. Normalmente, tras una lesión cutánea, los fibroblastos producen colágeno tipo I y III para reparar el daño, y su actividad disminuye una vez que la reparación está completa. En los queloides, esta producción de colágeno es descontrolada y excesiva, lo que genera una acumulación de tejido cicatricial denso y desorganizado. Además, se ha observado una sobreexpresión de factores de crecimiento, como el factor de crecimiento transformante beta (TGF-β), que estimula la proliferación de fibroblastos y la síntesis de colágeno.
Los queloides no se desarrollan en todas las personas, algunos factores predisponentes incluyen la genética, el fototipo de piel (más frecuentes en personas con piel oscura), la edad (más frecuente en personas jóvenes), la localización (más frecuente en pecho, hombros, cuello…) o tipo de lesión (quemaduras, infecciones, intervenciones quirúrgicas).
Síntomas de un queloide
Los queloides suelen ser asintomáticos, pero en algunos casos pueden causar dolor o sensibilidad, picazón, limitación funcional, angustia psicológica debido a la estética.
El diagnóstico de un queloide es principalmente clínico y se basa en su apariencia típica, así como en su tendencia a extenderse más allá de los bordes de la lesión inicial. No suele requerir pruebas adicionales, aunque en casos dudosos se puede realizar una biopsia para descartar otras condiciones, como tumores cutáneos.
Tratamiento de un queloide
El tratamiento de los queloides puede ser variado, algunas de las técnicas y fármacos que se pueden utilizar son:
- La inyección de corticosteroides, como la triamcinolona, es el tratamiento de primera línea para reducir el tamaño y los síntomas del queloide.
- El uso de apósitos compresivos o láminas de silicona puede ayudar a reducir el tamaño y prevenir su progresión.
- Crioterapia: la congelación del queloide con nitrógeno líquido puede ser útil, especialmente en combinación con otras terapias.
- Radioterapia: se emplea en casos graves o recurrentes, generalmente después de la extirpación quirúrgica.
- Cirugía: existe un alto riesgo de recurrencia si no se combina con otros tratamientos, como corticosteroides o radioterapia.
- Los láseres, como el láser de CO₂ o el láser pulsado, pueden mejorar el aspecto del queloide y reducir el enrojecimiento.
- Medicamentos como el 5-fluorouracilo (5-FU), el interferón y la bleomicina se han utilizado en algunos casos, con resultados variables.
Dado que los queloides tienden a formarse en personas predispuestas hay que evitar procedimientos quirúrgicos innecesarios, perforaciones o tatuajes en áreas propensas. En casos de heridas inevitables, el uso temprano de apósitos de silicona, presión o corticosteroides tópicos puede reducir el riesgo de desarrollo de queloides.
Los queloides son benignos, pero su tendencia a la recurrencia hace que la prevención y el tratamiento sean una prioridad en muchos pacientes.