Rubéola

La rubéola, también conocida como sarampión alemán, es una enfermedad infecciosa viral que, aunque generalmente leve en niños y adultos, puede tener consecuencias graves para las mujeres embarazadas y sus bebés. Afortunadamente, gracias a las vacunas, es posible prevenir esta enfermedad. En este artículo, exploraremos qué es la rubéola, cuáles son sus síntomas, cómo se trata y, lo más importante, cómo podemos protegernos.

¿Qué es la rubéola?

La rubéola es causada por un virus del género rubivirus. Se transmite principalmente a través de las gotículas respiratorias que una persona infectada expulsa al toser o estornudar. El periodo de incubación, es decir, el tiempo que transcurre desde el contagio hasta la aparición de los síntomas, suele ser de 14 a 21 días.

Un dato alarmante de la Organización Mundial de la Salud OMS revela que la rubéola es la principal causa de malformaciones congénitas que podrían evitarse con la vacunación. Cada año, cerca de 100.000 recién nacidos sufren las consecuencias de esta enfermedad, lo que subraya la importancia de mantener las tasas de vacunación altas

Síntomas de la rubéola

Los síntomas de la rubéola suelen ser leves y pueden pasar desapercibidos, especialmente en niños. Los más comunes incluyen:

  • Fiebre baja: Generalmente, la fiebre no es muy alta.
  • Erupción cutánea: Una erupción rosada que comienza en la cara y se extiende al resto del cuerpo. Suele aparecer, de acuerdo con la OMS, en entre el 50% y 80% de los casos. 
  • Ganglios linfáticos inflamados: Sobre todo en el cuello.
  • Dolor de cabeza.
  • Dolor en las articulaciones: Más frecuente en adultos.

Tratamiento de la rubéola

Actualmente, no existe un tratamiento específico para la rubéola. La enfermedad suele ser autolimitada y los síntomas desaparecen por sí solos en unos pocos días. El tratamiento se centra en aliviar los síntomas, como la fiebre y el dolor.

Prevención: la clave para combatir la rubéola

La mejor manera de prevenir la rubéola es a través de la vacunación. La vacuna triple vírica protege contra el sarampión, las paperas y la rubéola. En España, esta vacuna se administra de forma rutinaria a los niños a los 12 y a los 15 meses de edad.

¿Por qué es tan importante vacunarse contra la rubéola?

  • Riesgo para las embarazadas: Si una mujer contrae la rubéola durante el embarazo, puede transmitirla al feto, lo que puede causar el síndrome de rubéola congénita. Este síndrome puede provocar defectos de nacimiento graves, como problemas cardíacos, ceguera, sordera y retraso mental. En otros casos, el contagio puede provocar abortos.
  • Brotes epidémicos: Aunque la rubéola es menos común gracias a las vacunas, pueden producirse brotes epidémicos si la cobertura vacunal disminuye.

¿Quién debe vacunarse?

  • Niños: Según el calendario vacunal establecido.
  • Adolescentes: Si no han recibido las dosis recomendadas.
  • Adultos: Especialmente las mujeres en edad fértil que no puedan demostrar que han recibido la vacuna o que han pasado la enfermedad.

¿Y si crees que puedes estar embarazada y no estás segura de si estás vacunada?

Es fundamental que consultes a tu médico. Él o ella te realizará un análisis de sangre para determinar tu estado inmunológico y te aconsejará sobre las medidas a tomar.