¿Cómo entender el proceso del duelo y la pérdida?

proceso del duelo

El duelo es algo que todas las personas experimentan a lo largo de su vida, pero ¿realmente sabes qué conlleva el proceso del duelo? En este artículo, te lo explicamos.

El término duelo responde a diversas acepciones. En Psicología el duelo se entiende como el estado psicológico que viene provocado por la pérdida de algo. Esta pérdida puede ser la de un ser querido, la patria, la libertad, vivienda, salud, entre otros. En definitiva, cualquier cosa que estaba y deja de estar.


Escrito por Paula Oya Jodar, psicóloga y docente del área de sanidad de INESALUD.


El duelo conlleva unas consecuencias psico-afectivas e incluye las manifestaciones exteriores y rituales, y el proceso evolutivo, psicológico de la pérdida. Por ello, el duelo no es algo momentáneo, sino que es todo el proceso emocional a la hora de enfrentarse a una pérdida.

En este post vamos a indagar en el duelo para conocer todo lo que engloba. Así, explicaremos cada fase del duelo y cuándo es patológico. 

Duelo, luto y pena 

Antes de hablar del proceso o los tipos de duelo, hay que ser consciente de lo que es. Al respecto, es crucial diferenciarlo del luto y la pena, dado que se suelen asociar con el duelo y pueden provocar confusión.

El luto es la expresión del duelo. Como comentábamos en líneas anteriores, el duelo es el proceso, mientras que el luto es la forma de expresión de este. Se refiere a esa muestra exterior de dolor emocional causado por la pérdida de algo. Se manifiesta en el uso de ropa negra y determinados objetos, adornos e incluso rituales sociales como guardar un minuto de silencio o dejar la bandera a media asta.

La pena, en cambio, es ese sentimiento de tristeza provocado por la pérdida. Además, puede ser causado por el padecimiento propio o el de otra persona. En definitiva, el duelo es una herida abierta que necesita tiempo para curar y cicatrizar.

Duración del duelo y reacciones ante este 

Se parte de la base de que cada persona siente, procesa, experimenta y supera el duelo de forma diferente. Además, se pueden dar diferentes reacciones, duraciones e intensidad en las emociones que se exponen. Lo que sí es común, es que el duelo causa dolor. Por ello, es importante permitirse a uno mismo sufrirlo y dejar pasar el tiempo necesario tanto en la expresión como en el proceso del duelo en sí.

Es usual que el proceso del duelo dure en torno a un año, bien es cierto que puede alargarse, y no de forma perjudicial. Con el tiempo, el pesar puede ser menos intenso, aunque es normal que las personas continúen sintiéndose en cierto grado emocionalmente involucradas con el ser querido años después. Esto sucede sobre todo en fechas significativas, días festivos u otros momentos que recuerden situaciones y desencadenen sentimientos relacionados con la pérdida.

Al hablar de las reacciones que manifiestan las personas en duelo, primero es preciso saber que: “son reacciones normales ante situaciones anormales”. Así, debemos de respetar aquellas manifestaciones que haga la persona siempre que no supongan un daño para él/ella mismo/a.

Las reacciones más habituales en adultos son: trastornos del sueño, llorar, suspirar, soñar con la persona fallecida, debilidad muscular, aislamiento social, falta de energía, vacío en el estómago, tristeza, apatía, confusión, distorsiones cognitivas, shock, ansiedad, soledad, culpa, entre otras. Estas se pueden clasificar en reacciones fisiológicas, conductuales, afectivas y cognitivas.

Fases del duelo

Las fases se diferencian en cinco etapas del duelo, que tienen lugar cuando se sufre una pérdida. Cada persona y cada proceso es único, por lo que no siempre se darán en orden o se presentarán todas.

Negación

Suele ser la primera dado que, tras la comunicación de la pérdida, es la reacción que tiene la persona. Es una de las fases más comunes por las que se pasa, dado que hay que subir este escalón para poder empezar a digerir la pérdida.

Negar es simplemente la forma que tenemos las personas de decirle a la realidad que espere, que no es el momento y que no estamos preparados/as. Hay quien niega la pérdida, pero también hay quien, aceptando precipitadamente la crudeza de la realidad, lo que en realidad trata de hacer es negar el dolor.

Ira o enfado

Se considera la segunda etapa del proceso del duelo por la que se puede pasar. Al tener el primer contacto con las emociones, lo habitual puede ser experimentar sentimientos de frustración, impotencia y enfado.

En esta etapa los sentimientos pueden ser más intensos y la persona puede empezar a buscar culpables. Hay que tener especial atención con esta etapa; en casos en los que no se gestiona bien el duelo, la persona puede quedarse anclada aquí, cosa que le impedirá despedirse de lo que ha perdido o de la persona fallecida.

Negociación

En esta fase las personas buscan soluciones para recuperar lo perdido. Esto se debe al primer contacto real con la pérdida. Suele ser una etapa breve debido a que buscar soluciones imposibles de manera continua agota en exceso. Principalmente, se basa en la búsqueda del significado de la pérdida.

Depresión

Cuando los cambios que provoca la pérdida se hacen reales es cuando comienza esta fase. En esta fase la persona puede verse abrumada y desprotegida. Como hemos comentado en líneas anteriores de este post, el duelo duele y es desde ahí donde comenzamos a reconstruirnos.

Aceptación

Es la llegada del estado de calma que va de la mano de la comprensión emocional y racional de la pérdida. No se elimina el dolor, solo se aprende a vivir con él. Esta aceptación supone ajustar la vida diaria de nuevo con la ausencia que deja la pérdida. Así, se realiza una adaptación a la pérdida.

Duelo patológico

Cuando el duelo se convierte en patológico podemos decir que empieza el problema. La expresión del duelo tanto a nivel social como familiar y personal es fundamental. Expresar las emociones, acompañando a los sentimientos de pérdida, y ejecutar rituales que ayuden a elaborar el proceso de adaptación a la pérdida puede evitar el desarrollo de duelos patológicos y facilitar el proceso del duelo natural.

Lo que distingue el duelo normal del patológico es la fase en la que se queda bloqueada la persona, impidiendo así la elaboración y procesamiento de ese dolor. Lo que ocurre en los duelos no resueltos es que las sensaciones, en lugar de producir cambios para ir avanzando en las diferentes fases, paralizan el curso del duelo normal. Por ello es imperioso darse cuenta de esto para poder pedir ayuda a un profesional y no recurrir a la medicación como método de huida, ya que así solo conseguiremos bloquear el proceso.


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