¿Tu hijo tiene dislalia? Descubre cómo superarla y mejorar su habla

La dislalia es un trastorno del habla que afecta a muchas personas, especialmente a los niños en sus primeras etapas de desarrollo del lenguaje. Este trastorno genera dificultad para articular ciertos sonidos, lo que puede dificultar la comprensión del habla. Existen diversos tipos de dislalia, y aunque es común en el desarrollo infantil, en algunos casos, puede requerir intervención profesional. En este artículo exploraremos qué es la dislalia, sus tipos, causas y tratamientos, incluyendo ejercicios en casa que pueden ayudar a mejorar la pronunciación.
La dislalia y el desarrollo del lenguaje
La dislalia es el trastorno del habla que se presenta cuando una persona tiene dificultades para pronunciar ciertos sonidos de manera correcta. Este trastorno puede involucrar la omisión, sustitución o distorsión de sonidos, lo que hace que el discurso sea menos comprensible. En la mayoría de los casos, la dislalia afecta a los niños, pero también puede darse en la edad adulta.
El desarrollo del lenguaje en los niños pasa por diversas fases, y es normal que en los primeros años se produzcan algunas alteraciones en la pronunciación de palabras. Sin embargo, si estas dificultades se mantienen más allá de los cinco años, podríamos tratarse de un caso de dislalia.
Tipos de dislalia
Existen diferentes tipos de dislalia que se clasifican según las causas del trastorno. Los principales tipos de dislalia son:
- Dislalia evolutiva: Es habitual en niños pequeños que están aprendiendo a hablar. En este caso, el trastorno es temporal y generalmente mejora con el tiempo a medida que el niño va desarrollando sus habilidades lingüísticas. Este tipo de dislalia es bastante común y no suele ser preocupante, ya que el niño suele corregirlo por sí mismo con el tiempo.
- Dislalia orgánica: Se refiere a dificultades en la pronunciación causadas por anomalías físicas en el aparato vocal, como malformaciones en la lengua, el paladar o los dientes. Por ejemplo, un niño con un paladar hendido o problemas dentales puede experimentar este tipo de dislalia. Puede requerir intervención médica o quirúrgica
- Dislalia funcional: Se debe a un mal uso de los órganos del habla, como la lengua o los labios. Este tipo de dislalia puede ser corregida con terapia del habla y ejercicios específicos. Generalmente, se debe a un hábito incorrecto de los músculos del habla.
- Dislalia audiógena: Este tipo de dislalia se origina por problemas en la audición. Si un niño no puede escuchar correctamente ciertos sonidos, puede tener dificultades para producirlos correctamente. El niño puede no saber distinguir sonidos similares o puede no percibir ciertos tonos, lo que dificultará la articulación correcta.
- Dislalia infantil: Se refiere a las dificultades de habla que ocurren en la infancia. La mayoría de los niños experimentan dislalia en las primeras etapas de su desarrollo del lenguaje, pero en muchos casos, las dificultades desaparecen a medida que crecen y perfeccionan su capacidad de hablar. Sin embargo, si el trastorno persiste más allá de los 5 años, se debe realizar una evaluación profesional.

Causas de la dislalia
Existen diferentes causas por las que se produce la dislala y, en algunos casos, es difícil determinar la razón exacta. Sin embargo, las principales son:
- Trastornos en el sistema nervioso: Las alteraciones en el sistema nervioso, como lesiones cerebrales o trastornos neurológicos, pueden interferir en el desarrollo del habla y causar dislalia. En casos más graves, problemas en las conexiones neurológicas que controlan los músculos de la boca pueden contribuir a dificultades en el habla.
- Problemas de audición: La discriminación auditiva es la capacidad de identificar y distinguir los sonidos. Si un niño tiene problemas auditivos, puede que no escuche los sonidos correctamente, lo que dificultará su capacidad para pronunciarlos. Los niños que no perciben bien ciertos sonidos, como las vocales o consonantes, pueden desarrollar dislalia audiógena.
- Factores genéticos: En algunos casos, la dislalia puede ser hereditaria y estar relacionada con antecedentes familiares de trastornos del habla. Si algún familiar tiene dislalia o trastornos de la comunicación, hay una mayor probabilidad de que el niño también pueda desarrollar este trastorno.
- Falta de estimulación verbal: La interacción constante con los padres es esencial para el desarrollo del lenguaje. La falta de estimulación verbal puede contribuir al desarrollo de dislalia. Los niños que no interactúan lo suficiente con los demás pueden experimentar retrasos en la adquisición de las habilidades del habla.
- Trastornos en la articulación: Si los músculos y órganos del habla (lengua, labios, mandíbula) no funcionan correctamente, pueden surgir dificultades en la pronunciación de sonidos. Estos trastornos pueden deberse a una debilidad de los músculos que intervienen en el proceso de hablar.
Ejercicios para mejorar la dislalia en casa
Existen varios ejercicios en casa que pueden ayudar a los niños a superar las dificultades de pronunciación asociadas con la dislalia. Estos ejercicios se deben realizar de manera regular y, preferiblemente, con la supervisión de un logopeda o terapeuta del habla.
- Ejercicios de respiración: La respiración es esencial para el control del habla. Enseñar a los niños a respirar correctamente puede ayudar a mejorar su capacidad para articular sonidos.
- Juegos con sonidos: Repetir sonidos y palabras en voz alta es clave. Usar juegos de imitación es útil para practicar los sonidos de manera divertida.
- Uso de espejos: Colocar un espejo frente al niño y hacerle observar cómo se mueve su boca mientras pronuncia ciertos sonidos es una buena manera de mejorar la articulación.
- Ejercicios de discriminación auditiva: Estos ejercicios ayudan a que los niños identifiquen y distingan sonidos. Puedes usar grabaciones de diferentes palabras y pedirles que señalen la correcta o que repitan lo que han escuchado.
Disartria y dislalia: Diferencias y relación
Es importante no confundir la disartria con la dislalia. Aunque ambas afectan al habla, la disartria es un trastorno motor que se produce debido a daños en los músculos que controlan el habla, mientras que la dislalia es un trastorno de articulación sin una causa física específica.
En la disartria y dislalia, la diferencia clave está en que la dislalia está relacionada con errores en la articulación de los sonidos, mientras que la disartria implica dificultad para coordinar los movimientos musculares del habla, lo que puede generar una pronunciación anormal o lenta. La disartria puede ser consecuencia de trastornos neurológicos, como lesiones cerebrales o enfermedades neuromusculares, mientras que la dislalia generalmente se debe a un mal uso de los órganos del habla.
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Tratamiento para la dislalia
El tratamiento de la dislalia depende del tipo y la causa del trastorno. Para los niños con dislalia funcional, es necesaria la intervención de un logopeda o terapeuta del habla para corregir los errores de pronunciación. Los ejercicios en casa pueden ser útiles para complementar la terapia y mejorar el desarrollo del habla.
En casos de dislalia orgánica, si se detecta una anomalía física en los órganos del habla, como un paladar hendido o problemas dentales, puede ser necesaria una cirugía o tratamiento médico adicional. La corrección de estas anomalías puede aliviar los síntomas de dislalia.
Cuando la dislalia es audiógena, el tratamiento de los problemas de audición es esencial para mejorar la pronunciación y la comprensión del habla. Los niños que tienen problemas de audición deben recibir un tratamiento especializado que puede incluir el uso de audífonos o terapia auditiva.
Conclusión
La dislalia es un trastorno común del habla que puede afectar a niños y adultos, pero en muchos casos, se puede tratar con éxito mediante terapia del habla y ejercicios específicos. Es importante identificar el tipo de dislalia y comprender sus causas para aplicar el tratamiento adecuado. Desde ejercicios en casa hasta intervenciones médicas, hay muchas maneras de ayudar a los niños a superar este trastorno y mejorar su capacidad para comunicarse de manera efectiva.
Si sospechas que tu hijo puede tener dislalia, es recomendable consultar con un profesional para obtener un diagnóstico adecuado y comenzar el tratamiento lo antes posible. Con la intervención adecuada, la dislalia no tiene por qué ser un obstáculo permanente en el desarrollo del habla.
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Referencias
Soldavini, Cintia Anabella (2015). Dislalia: efectos en la adquisición de la escritura. VII Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología XXII Jornadas de Investigación XI Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR. Facultad de Psicología - Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.
Moreno Manso, Juan Manuel, Mateos García María Rosa . Estudio sobre la interrelación entre la dislalia y la personalidad del niño. Electronic Journal of Research in Educational Psychology [en linea]. 2005, 3(3), 133-150[fecha de Consulta 3 de Marzo de 2025]. ISSN: . Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=293121928008