Efectos del cambio de zona horaria: ¡Minimiza el jet lag!

Efectos del cambio de zona horaria

El jet lag, también llamado síndrome del cambio rápido de zona horaria, es un desequilibrio que ocurre entre el reloj interno de una persona y el nuevo horario al que se debe enfrentar. Esto sucede cuando se recorren largas distancias a través de diferentes regiones horarias. Por ejemplo, una persona que viaja de Latinoamérica a Europa. Este fenómeno afecta a los ritmos circadianos, los cuales regulan funciones vitales como la temperatura corporal, el ciclo de sueño-vigilia y la producción de hormonas. En este artículo te explicamos los efectos del cambio de zona horaria. 


Escrito por María Fernanda Ramírez Ramos, periodista especializada en salud y redactora de INESALUD. 


¿Qué son los ritmos circadianos?

Podría definirse a los ritmos circadianos como los ciclos que sigue el cuerpo gracias a "relojes biológicos" dentro del cuerpo. Se trata de procesos automáticos que el cuerpo ejecuta para realizar funciones biológicas como liberar hormonas para dormir, aumentar la temperatura al comienzo del día o regular el metabolismo y el gasto de energía. 

Así, los ritmos circadianos son cambios físicos, mentales y conductuales que siguen un ciclo diario. Estos suelen ocasionarse como respuesta a la luz y la oscuridad del ambiente. Por esto, es normal que durmamos en la noche y estemos en vigilia por el día.

Estos ritmos biológicos se repiten aproximadamente cada 24 horas y están genéticamente determinados. El reloj interno de nuestro cuerpo, ubicado en el núcleo supraquiasmático o NSQ, regula estos ritmos y nos permite adaptarnos al entorno natural. Está compuesto por una serie de neuronas que envían señales a nuestro cerebro. A su vez, existen otro tipo de sustancias e interacciones en el cuerpo que ayudan a que ese "reloj" funciones adecuadamente, como proteínas u hormonas. 

efectos del cambio de zona horaria

Efectos del cambio de zona horaria

Si alguna vez has viajado largas distancias, es probable que hayas sido víctima del jet lag. Y es que cuando de un día para otro cambiamos tan drásticamente nuestros horarios, por ejemplo con 6 o 7 horas de diferencia, al cuerpo le cuesta adaptarse a los nuevos ritmos de día/noche. 

Esto hace que nuestro reloj interno se desajuste. Los síntomas del jet lag pueden variar en cada persona y en el cambio de horario que experimentes. Sin embargo, suelen estar asociados al nivel de energía y los patrones de sueño.  

Entre los efectos del cambio de zona horaria se encuentran: 

  • Cansancio
  • Somnolencia
  • Letargo o falta de energía
  • Malestar estomacal
  • Inapetencia 
  • Irritabilidad

Estos síntomas no son peligrosos, pero pueden afectar a su bienestar. Prepararse para el jet lag, y posiblemente prevenirlo, puede ayudarte a sentirte mejor y ¡a no arruinar tus viajes!

Es importante saber que el jet lag, también llamado desincronosis o disritmia circadiana, es temporal. ¡No te alarmes! Existen consejos que pueden ayudar a tu cuerpo a “ubicarse” y adaptarse más rápido a sus nuevos ciclos. 

¿Cómo controlar el jet lag?

Para evitar o reducir los efectos del jet lag te recomendamos:

Busca la luz del día.

La exposición al sol es muy importante para regular los ciclos circadianos. Por tal razón, disfrutar de la luz del día puede ayudarte a adaptarte con mayor rapidez a los nuevos ciclos de día/noche. 

Ajusta tus horarios. 

Cambia tus horarios de comida y sueño para adaptarte al nuevo huso horario. A veces parece difícil porque puedes estar muy cansado/a y te apetece dormir mientras es de día en tu nuevo destino o te cuesta conciliar el sueño cuando llega la noche. Sin embargo, lo mejor es hacer un esfuerzo e intentar adaptarte a tus nuevos horarios. 

Si la hora de acostarse está demasiado lejos y necesitas una siesta, duerma una siesta reparadora de 30 minutos. 

No consumas bebidas estimulantes o comidas copiosas 

Evita el alcohol y la cafeína el día antes y el día de tu vuelo. Estas bebidas pueden interferir en tu reloj natural. En este sentido, pueden empeorar los síntomas del jet lag.

Evite también comer en exceso. Una dieta equilibrada y ligera puede ayudar a reducir algunos síntomas del jet lag como la falta de sueño, la fatiga, la hinchazón y el malestar estomacal. Procura también averiguar si el agua del destino al que viajas es potable. 

Oscurece tu habitación por la noche 

Al igual que con la exposición a la luz solar, es fundamental que a la hora de dormir encuentres un espacio oscuro. Esto también te ayudará a conciliar el sueño, regular tus ciclos circadianos y reducir los efectos del cambio de zona horaria.

El jet lag es un desafío común para los viajeros, pero con una buena planificación y cuidado, puedes minimizar sus efectos y disfrutar de tus aventuras sin interrupciones en tu ritmo circadiano. ¡Buen viaje!


Si te interesa conocer más sobre los trastornos del sueño y los relojes biológicos, te invitamos a consultar nuestro Aproximación a la Patología del Sueño.

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