El síndrome de Burnout en la enfermería: la epidemia sanitaria
El síndrome de Burnout es un padecimiento cada vez más frecuente en el ámbito de la enfermería, donde los profesionales están expuestos a altos niveles de estrés y demandas laborales constantes. Este síndrome, también conocido como síndrome de desgaste profesional, se caracteriza principalmente por un cansancio emocional intenso, la despersonalización (tratamiento frío o distante de los pacientes) y una sensación de baja realización personal en el trabajo.
En el entorno de la salud, las repercusiones del Burnout en la enfermería son muy negativas, no solo para la salud mental y física del equipo enfermero, sino también para la calidad del cuidado proporcionado a los pacientes.
Escrito por Alba Gastón Guerrero, enfermera especialista en sexología y docente de INESALUD.
¿Qué es el síndrome de Burnout en enfermería?
El Burnout en enfermería es una respuesta de estrés laboral crónico que resulta de la exposición prolongada a situaciones emocionalmente demandantes, lo cual conduce a un deterioro en la salud física y mental de los profesionales de enfermería. Los síntomas del Burnout incluyen:
- Agotamiento físico y emocional
- Actitudes negativas hacia los pacientes
- Sensación de ineficacia en el trabajo.
El Maslach Burnout Inventory (MBI) es una herramienta comúnmente utilizada en la investigación, la cual mide el cansancio emocional, la despersonalización y la autoevaluación personal de logro. La prevalencia del Burnout entre el personal de enfermería se encuentra en aumento, pero sabemos que no solo afecta a las personas más experimentadas y que llevan más tiempo trabajando, sino que a las enfermeras más jóvenes también.
Causas del Burnout en enfermería
Estas causas pueden provenir de factores individuales u organizacionales.
Una de las causas es la sobrecarga laboral debida al aumento en la cantidad de pacientes y la escasez de personal. Esta situación conlleva una atención de más pacientes en menos tiempo, lo que aumenta el estrés y disminuye la calidad del cuidado.
Por otro lado, las largas jornadas laborales y los cambios constantes de turno, incluida la nocturnidad, afectan negativamente el ciclo de sueño y el bienestar general de la persona. Esta causa provoca una integración social inadecuada o una planificación de su futuro muy pobre debido a la poca antelación con la que se conocen estos turnos rotatorios.
También afecta la falta de apoyo por parte del personal sanitario debido a una sobrecarga de trabajo en sus respectivos desempeños, lo que aumenta el sentimiento de soledad y desamparo. Además, puede suceder que esto lleve a conflictos interpersonales con otros componentes del equipo sanitario.
Continuando con las causas, la exigencia emocional por tratar a pacientes delicados demanda una exigencia emocional que puede producir el quemado del o la profesional. Hay pacientes que requieren mucha atención física o emocional que pueden demandar más energía de la que puede ofrecer el o la profesional.
Por último, las variables socio demográficas como la edad, la experiencia profesional y el género también pueden influir en el riesgo de desarrollar Burnout.
Consecuencias del burnout en la salud de los enfermeros
El desgaste psicológico puede desencadenar problemas de salud mental como la ansiedad y la depresión, así como síntomas físicos como el agotamiento crónico, dolores musculares y trastornos del sueño. Por consiguiente, surgen más errores a la hora de atender pacientes y disminuye la calidad de los cuidados proporcionados, aumentando el riesgo de complicaciones en la salud de estos.
Otra consecuencia importante es el absentismo y la rotación laboral debido a las posibles bajas por enfermedad y al abandono del trabajo para cambiar a otro en el cual volverá a suceder lo mismo.
Prevención e intervención en el Burnout en Enfermería
Para prevenir el síndrome del quemado, es muy importante que se mejoren las condiciones laborales y se contrate más personal para reducir la carga laboral. Dentro de estas condiciones, hay que ofrecer horarios más flexibles y promocionar una higiene del sueño adecuada.
La inclusión de programas de apoyo psicológico que ofrezcan acceso a sesiones de terapia o el establecimiento de grupos de apoyo, puede ayudar a los y las profesionales a gestionar el estrés emocional.
Hay que fomentar el desarrollo de habilidades profesionales y aumentar la categoría profesional, pues disminuye la sensación de frustración por no ser una profesión lo suficientemente valorada. Esta imposibilidad de escalar laboralmente y de que la enfermería ocupe el lugar que se merece en el ámbito económico influye negativamente en los y las trabajadoras.
También es importante capacitar al personal para que sean capaces de manejar su propio estrés y aumentar su autocuidado practicando hábitos de vida saludables. Entre estos hábitos, también se encuentra las relaciones interpersonales en el ámbito laboral que favorezcan el trabajo en equipo y la comunicación abierta.
En definitiva, el síndrome de Burnout en enfermería es un problema de gran magnitud que afecta tanto a profesionales de enfermería como a pacientes que dependen de sus cuidados. Es posible que, con esfuerzo constante, realizando un buen trabajo de prevención y tratamiento de este se pueda reducir la incidencia de este síndrome en el equipo de enfermería.
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Referencias
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