Exfoliación química ¿Cómo actúa en la piel?

exfoliación química

La mayoría de personas desean una piel radiante, sana y tersa. Para ello, existen diferentes tratamientos dermatológicos y/o estéticos que permiten cuidar la piel o rejuvenecerla. En este artículo, hablaremos de la exfoliación química y sus beneficios. 


Escrito por Génova Huertas García, farmacéutica y docente de INESALUD.   


Aunque no lo creamos, nuestra piel es un órgano. Además, es el más extenso de nuestro organismo. Tiene una superficie de dos metros cuadrados aproximadamente y si la pesáramos obtendríamos un valor de en torno a 5 kilogramos. Increíble ¿verdad? 

Debido a que fisiológicamente constituye el tejido de recubrimiento de nuestro cuerpo, entraña funciones de defensa. De esta forma, actúa como barrera de protección frente a organismos externos, que pueden atacar y producir problemas de salud.  

Por tanto, como parte fundamental en la protección de la salud, la piel se ha de cuidar, para lo que hay que aportarle todos aquellos nutrientes necesarios tanto interna como externamente. Con objeto de conseguir aprovechar al máximo la acción de las sustancias que se aplican, es necesario que la piel este limpia y con una correcta predisposición a los cosméticos que empleemos.  

Parte fundamental de la preparación de la piel es el proceso de exfoliación. También conocido como “peeling”, se trata de un mecanismo que persigue la eliminación de las capas superficiales de la piel. Pero ¿por qué nos interesa este procedimiento, si hemos comentado que la piel nos protege? 

La razón es sencilla. En nuestro estrato córneo se acumulan células muertas, así como sustancias grasas y otras impurezas, que favorecen la obstrucción de poros, lo que conlleva la aparición de problemas como acné, puntos negros, sensibilidad, etc.

Asimismo, la presencia de capas muertas de piel impide un acceso adecuado de los cosméticos a estructuras más profundas, restando eficacia a la acción de las sustancias activas. Igualmente, la exfoliación permite la mejora de la textura y el tono de la piel.  

Una vez conocida la razón de la exfoliación, tenemos que preguntarnos: ¿Cómo exfoliarnos? ¿Qué mecanismos existen? 

Tipos de exfoliación 

Entre los tipos de exfoliación podemos encontrar una clasificación muy general en la que se hace distinción de los exfoliantes basándonos en su modo de actuar. Por tanto, existen tres grupos principales: 

  • Exfoliantes físicos  

  • Exfoliantes químicos 

  • Exfoliantes enzimáticos 

Los exfoliantes químicos, además de resultar muy eficientes, son los más utilizados por la población.  

Su uso se basa en la aplicación de un componente químico en la superficie de la piel, de modo que, al contacto con ella, se produce una descamación de la capa más externa de la misma, el estrato córneo. La desaparición de esta capa conlleva además la remodelación de la piel, logrando la mejora fisiológica y, por tanto, de la apariencia de las posibles alteraciones cutáneas que existan. 

Los peelings químicos también pueden a su vez subdividirse en función del nivel en el que actúan, es decir, según la profundidad de su acción.  

¿Qué productos se usan para la exfoliación química?

Los principios activos más utilizados y disponibles para el consumidor en cualquier farmacia, son de tipo superficial. En este grupo encontramos los ácidos. 

Entre los más conocidos encontramos el ácido glicólico o el ácido mandélico recomendados en pieles normales y sensibles respectivamente. Ambos son alfa hidroxiácidos. Así mismo, el uso del ácido salicílico, un beta hidroxiácido, también está muy extendido, sobre todo en pieles grasas o con tendencia acnéica, debido a su capacidad queratolítica y seborreguladora.  

Los ácidos mencionados suelen comercializarse en concentraciones bajas, normalmente entre 5-10%. En estos porcentajes y previo consejo médico-farmacéutico, los productos pueden utilizarse en casa teniendo en cuenta todas las precauciones asociadas a su uso. En líneas generales, se puede hablar de una buena actividad de los exfoliantes superficiales en la renovación celular de las capas basales de la epidermis. 

Si se desean resultados a nivel más interno, se emplean agentes cuya acción puede llegar a la dermis. En este caso se emplean ácidos a elevadas concentraciones que además pueden combinarse entre ellos. Un ácido aún no mencionado y también muy empleado a este nivel es el ácido tricloroacético. Dado que la profundidad en la acción es mayor, normalmente requieren la intervención de un especialista que lleve a cabo el procedimiento.  

Este tipo de peelings, que actúan a nivel medio y profundo, están indicados para alteraciones de la piel más complicadas de tratar, como es el caso de las cicatrices asociadas al acné o hiperpigmentaciones muy profundas.   

Como se ha comentado, no se ha de pasar por alto que las exfoliaciones profundas son tratamientos dermatológicos que implican la intervención de personal especializado.  

De entre todas las recomendaciones, para concluir, no podemos dejar pasar la ocasión, una vez más, de hacer hincapié en la importancia del empleo del protector solar. Esta cuestión no es menor, más aún si cabe durante el empleo de exfoliantes. Tal y como se ha explicado, la exfoliación expone nuevas capas de piel al medio externo y a luz solar, haciéndola más sensible a las radiaciones ultravioletas. Por tanto, es absolutamente imprescindible proteger nuestra piel, para evitar posibles reacciones adversas como la aparición de manchas o discromías.  

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