Función del sistema linfático y sus enfermedades
Nuestro organismo es un sistema complejo y fascinante, compuesto por órganos y sistemas que trabajan en conjunto para mantenernos en funcionamiento. Cada uno de los sistemas está especializado en alguna función vital. En este artículo, hablaremos de las funciones del sistema linfático.
Escrito por María Fernanda Ramírez Ramos, periodista especializada en salud y redactora de INESALUD.
El sistema linfático es una red compleja de tejidos y órganos que desempeña un papel crucial en la defensa inmunológica del cuerpo. Al igual que el sistema circulatorio, cumple una función vital en el transporte de líquidos en el cuerpo. Puntualmente, transporta linfa (donde se almacenan glóbulos blancos) desde los tejidos hasta la sangre.
Así, el transporte inicia con la recogida de líquido proteico en los tejidos corporales, para luego llevarlo a los vasos linfáticos y finalmente terminar en el torrente sanguíneo. En este transporte, se recogen también moléculas de grasa que se encuentran recogidas en los capilares linfáticos del intestino delgado.
Las funciones del sistema linfático lo hacen esencial para mantener la salud y superar las enfermedades. Por esto, también es clave dentro del sistema inmunitario.
¿Cuál es la función del sistema linfático?
El sistema linfático desempeña una función crucial en el mantenimiento de la salud y la defensa del organismo. Su función principal radica en la circulación y filtración de la linfa, un líquido transparente que transporta nutrientes, oxígeno y desechos entre las células y el torrente sanguíneo.
Además, actúa como un sistema de defensa inmunológica, ya que alberga una red de ganglios linfáticos y tejidos linfoides que combaten activamente las infecciones y ayudan a la eliminación de sustancias extrañas.
El sistema linfático también desempeña un papel clave en la absorción de grasas y la eliminación de toxinas del cuerpo. Por esta razón, existen masajes o terapias de drenaje linfático que ayudan a mejorar el funcionamiento de este sistema y también a eliminar la grasa del cuerpo, con fines estéticos.
Tejidos y órganos linfáticos
El sistema linfático, también llamado sistema linfoide, está compuesto por diversos tejidos y órganos que se extienden por todo el cuerpo. Se organizan a través de dos vías linfáticas: vía linfática superficial y vías linfáticas profundas.
Una de las más importantes son las vías linfáticas del pecho, que drenan la linfa de la parte superior del cuerpo, incluidos el tórax, las mamas, los pulmones y los brazos. Asimismo, forman parte del sistema linfático:
Linfa
Es un líquido blanquesino o incoloro compuesto por glóbulos blancos, grasas, proteínas y sales, principalmente. Como hemos mencionado, es llevada de los tejidos del cuerpo hasta la sangre, gracias a la acción de los vasos linfáticos.
Vasos linfáticos
Estos conductos transportan la linfa desde los tejidos corporales hacia el torrente sanguíneo. Los vasos linfáticos son similares a las venas sanguíneas, pero no tienen una bomba central como el corazón. Están formados por tejido conjuntivo y también se ramifican a través del cuerpo. Penetran en los tejidos corporales y para alcanzar ciertas zonas se hacen muy delgados, donde reciben el nombre de capilares linfáticos.
Los vasos linfáticos recogen las sustancias que, por su tamaño, no van por la sangre y los vasos sanguíneos. Finalmente, los vasos linfáticos llegan a dos puntos centrales: el conducto linfático derecho y el conducto linfático torácico.
El Conducto torácico es el vaso linfático más grande del cuerpo y transporta linfa de la parte inferior del cuerpo, el lado izquierdo del pecho y el brazo izquierdo hasta la vena subclavia, que se encuentra cerca de la clavícula.
El Conducto linfático derecho recoge y transporta la linfa del lado derecho del pecho y el brazo derecho hasta la vena yugular interna, que se encuentra en el cuello.
Médula ósea
La médula ósea es el tejido esponjoso dentro de los huesos donde se producen las células sanguíneas, incluidos los glóbulos blancos. Los glóbulos blancos son esenciales para el sistema inmunológico y ayudan a combatir infecciones.
Ganglios linfáticos
Los ganglios linfáticos son pequeñas estructuras en forma de frijol que filtran la linfa y ayudan a eliminar sustancias extrañas, como bacterias y células cancerosas. Se encuentran en todo el cuerpo, especialmente en áreas como el cuello, las axilas y la ingle.
Los ganglios linfáticos, también llamados linfonodos o nódulos linfáticos, activan una respuesta inmune si detectan la presencia de una partícula extraña en la linfa. Por esto, cuando una persona tiene una infección, algunos ganglios linfáticos se pueden inflamar y, en ocasiones, doler. Tenemos 450 ganglios linfáticos en el cuerpo, aproximadamente. Los ganglios linfáticos del cuello y las axilas son fáciles de detectar al palpar.
Bazo
El bazo es un órgano situado en la parte superior izquierda del abdomen, protegido por las costillas. Filtra la sangre y elimina los glóbulos rojos viejos o dañados, y también gérmenes. También almacena glóbulos blancos (linfocitos y macrófagos) y juega un papel importante en la respuesta inmunológica. A su vez, almacena sangre y hierro.
Filtrar la sangre en el bazo asegura al cuerpo la capacidad de eliminar células viejas, regular el número de plaquetas, combatir infecciones y almacenar sangre, para liberarse en caso de accidentes.
Timo
Órgano ubicado en la parte superior del pecho, es esencial para el desarrollo del sistema inmunológico, especialmente durante la infancia.
Amígdalas
Masas de tejido en la garganta, que forman parte del sistema linfático e inmunológico. Ayudan a combatir infecciones al filtrar patógenos. Hacen parte del anillo de Waldeyer, un conjunto de estructuras linfáticas ubicadas en la garganta, que actúan como primera línea de defensa contra las infecciones que ingresan por la boca y la nariz. Por esto, una infección en la garganta suele estar acompaña por inflamación de las amígdalas y dolor.
Placas de Peyes del instestino delgado
Agrupaciones de tejido linfoide en la mucosa del intestino delgado que participan en la respuesta inmune y la protección contra patógenos que ingresan a través del sistema digestivo.
Anticuerpos y glóbulos: claves en para la función del sistema linfático
Los anticuerpos, también conocidos como inmunoglobulinas, son proteínas especiales que impiden la propagación de infecciones. Son producidas por las células plasmáticas, un tipo de linfocito B, que forman parte del sistema linfático.
Los anticuerpos reconocen y se unen a patógenos específicos, como bacterias, virus o toxinas. De esta forma ayudan a neutralizar o marcas los patógenos para que otras células los ataquen y eliminen.
Por otra parte, los glóbulos blancos se producen en la médula ósea y el timo, y luego circulan por la sangre y el sistema linfático. Existen diferentes tipos de glóbulos blancos, cada uno con funciones específicas:
- Neutrófilos: Los primeros en responder a las infecciones bacterianas, engullen y destruyen bacterias.
- Linfocitos: Se dividen en dos tipos principales:
- Linfocitos B: Producen anticuerpos específicos para cada patógeno.
- Linfocitos T: Destruyen células infectadas por virus y controlan la respuesta inmune.
- Monocitos: Se convierten en macrófagos, células que engullen y destruyen bacterias, células muertas y restos celulares.
- Eosinófilos: Combaten parásitos y participan en reacciones alérgicas.
- Basófilos: Liberan sustancias químicas que participan en la inflamación y las reacciones alérgicas.
Trastornos y enfermedades del sistema linfático
La adecuada función del sistema linfático puede verse comprometida debido a diversas razones. En primer lugar, pueden presentarse enfermedades del sistema linfático propias. No obstante, también se puede ver afectado por otras infecciones o enfermedades.
Infección
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Las infecciones pueden provocar la inflamación de los ganglios linfáticos, que en consecuencia produce una hinchazón. Las infecciones respiratorias o en los tejidos cercanos a los ganglios son las causas más comunes de la hinchazón. No obstante, enfermedades como el cáncer, el VIH o la tuberculosis también pueden causar esta hinchazón.
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Linfadenitis: Los propios ganglios linfáticos pueden infectarse con microorganismos que se propagan a través del sistema linfático desde el sitio original de la infección.
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Linfangitis: Inflamación de los vasos linfáticos, generalmente causada por una infección bacteriana.
Bloqueo u obstrucción
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La presencia de tejido cicatrizal puede obstruir el sistema linfático, resultando en acumulación de líquido y linfedema.
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La obstrucción puede surgir por daño o eliminación de vasos linfáticos/nódulos, radioterapia, lesiones, o infecciones tropicales como la filariasis.
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Linfedema: Acumulación de líquido en los tejidos debido a una obstrucción del sistema linfático. Suele presentarse como hinchazón crónica en brazos, piernas u otras partes del cuerpo.
Cáncer
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Cánceres como el linfoma pueden desarrollarse en los ganglios linfáticos. En consecuencia, se afecta la circulación de la linfa y el sistema inmune del cuerpo.
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Tumores en otros órganos pueden hacer metástasis en los ganglios linfáticos, obstruyendo los conductos linfáticos.
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El linfangiosarcoma, aunque poco común, es un tumor que puede surgir en las células del sistema linfático.
Trastornos genéticos
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Algunas enfermedades poco comunes, afectan el desarrollo o la función de los componentes del sistema linfático.
¿Cómo activar el sistema linfático?
A diferencia del sistema circulatorio, con el sistema venoso y los vasos sanguíneos, el sistema linfático no cuenta con una "bomba" que mueva la linfa. Entonces, esta es impulsada por las contracciones musculares. Al respecto, la actividad física estimula la circulación de la linfa. El ejercicio aeróbico, como caminar, nadar o andar en bicicleta, es beneficioso.
Por otra parte, los masajes linfáticos pueden ayudar a mover la linfa a través del sistema. Un masaje linfático realizado por un/a profesional puede ser especialmente beneficioso. Además, un estilo de vida saludable, con correcta hidratación y alimentación sana, es fundamental para una buena función del sistema linfático e inmune.
Como vez, las funciones del sistema linfático son protegernos ante virus, bacterias y sustancias extrañas. A su vez, es el encargado de transportar la linfa y evitar que se acumule en los tejidos.
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Referencias
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