Inmunosenescencia: ¿Cómo cambia el sistema inmune con la edad?
¡Envejecer es inevitable! Con el paso del tiempo no solo cambiamos por fuera, con arrugas y canas, sino que también hay cambios en nuestro interior. A medida que una persona envejece, el sistema inmunológico experimenta un fenómeno natural conocido como inmunosenescencia. Este proceso, que afecta a todos/as en mayor o menor medida, tiene un impacto significativo en la respuesta inmunitaria y la capacidad del cuerpo para defenderse contra las enfermedades.
En este artículo, exploraremos cómo se da el envejecimiento del sistema inmunitario y cuáles son sus consecuencias.
Escrito por María Fernanda Ramírez Ramos, periodista especializada en salud y redactora de INESALUD.
¿Qué es la senescencia?
Para comprender qué es la inmunosenescencia es preciso comprender el concepto de senescencia. Se trata de un proceso biológico natural que implica el envejecimiento celular y la pérdida progresiva de algunas de sus capacidades.
Durante la senescencia, las células entran en un estado de reposo irreversible en el que dejan de proliferar y, en cambio, liberan señales inflamatorias que pueden afectar negativamente a los tejidos circundantes. Este proceso desempeña un papel importante en el envejecimiento y en diversas enfermedades relacionadas con la edad, como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares.
¿Qué es la inmunosenescencia?
La inmunosenescencia es el término utilizado para describir las alteraciones y cambios graduales que ocurren en el sistema inmunológico a medida que envejecemos. Aunque no todas las personas experimentan estos cambios de la misma manera, es un proceso natural que se manifiesta de diversas formas, con una susceptibilidad mayor a las enfermedades
De acuerdo con un artículo publicado en la Revista Española de Geriatría y Gerontología, la inmunosenescencia se presenta con un desbalance en "los mecanismos pro- y antiinflamatorios, una menor producción y diversificación de linfocitos T, alteración de la inmunovigilancia y en la síntesis de anticuerpos ante la inmunización".
En general, con la inmunosenescencia se ven comprometidos el sistema inmune innato y el adquirido, con alteraciones en los neutrófilos, los monocitos, las células T y B, los macrófagos, las células NK, los linfocitos NK y las citocinas.
En este sentido, la disminución de la eficacia del sistema inmunológico hace a las personas mayores más vulnerables ante ciertas infecciones, virus, como los gripales, y enfermedades como el cáncer. Las células del sistema inmune pueden volverse menos activas o menos capaces de reconocer y destruir células infectadas o invasores patógenos. En consecuencia, se da una respuesta inmunitaria más lenta o menos efectiva.
Además de la susceptibilidad a las infecciones, el envejecimiento del sistema inmune está relacionado con una escasa eficacia de las vacunas, la aparición de enfermedades relacionadas con la edad, las neoplasias y la inflamación.
Teoría del inflammaging
Durante el envejecimiento, los organismos de las personas tienden a desarrollar un estado inflamatorio crónico. Este fenómeno que hace parte de la inmunosenescencia se convierte en un factor de riesgo para el desarrollo de múltiples enfermedades. Asimismo, suele acompañarse de un metabolismo desregulado.
Enfermedades que debilitan el sistema inmunológico
Además de la inmunosenescencia relacionada con la edad, existen enfermedades que pueden debilitar aún más el sistema inmunológico. Algunas de estas condiciones incluyen el VIH/SIDA, el cáncer, la diabetes y trastornos autoinmunes como la artritis reumatoide.
En estos casos, el sistema inmunológico se ve comprometido debido a la enfermedad subyacente o a la medicación utilizada para tratarla.
¿Se puede prevenir la inmunosenescencia?
En los últimos años, la inmunosenescencia ha atraído más la atención de investigadores de diversas áreas, especialmente por su relación con el desarrollo de tumores o respecto al desarrollo de terapias génicas. No obstante, aún no se comprenden del todo los cambios que suceden con la edad.
PEse a esto, existen algunos mecanismos y terapias que ayudan a mitigar los problemas relacionados con el envejecimiento celular. Por ejemplo, el mantenimiento de un estilo de vida saludable, que incluye una dieta equilibrada y ejercicio regular, puede ayudar a mantener la función óptima de la médula ósea. En consecuencia, podría impactar en la producción de linfocitos.
Es conocido que existen alimentos que por sus componentes actúan a favor de la inmunocompetencia. Entre ellos se destacan los antioxidantes, como las vitaminas C y E; la vitamina D; los ácidos grasos n-3, el zinc, el selenio y el hierro. Si te interesa comprender en profundidad la relación de la alimentación con el sistema inmune, nuestro Master en Inmunonutrición y Enfermedades o nuestro curso en Inmunonutrición en el Tratamiento de la Enfermedad Grave son ideales para ti.
Por otra parte, la vacunación sigue siendo una herramienta crucial en la protección de las personas mayores. Las vacunas, como la vacuna de la gripe, pueden ayudar a estimular el sistema inmunológico y proporcionar una capa adicional de defensa contra enfermedades infecciosas.
Por esta razón, diversas vacunas se promueven más en la población de la tercera edad, como sucedió con la del COVID-19. Es importante que las personas de edad avanzada se mantengan al día con las vacunas recomendadas por sus profesionales de la salud.
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Referencias bibliográficas
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