¿Qué es la luz azul? Impacto de las pantallas en nuestra visión

qué es la luz azul

Los dispositivos digitales se han convertido en una parte fundamental de la vida de millones de personas alrededor del mundo. Su alto uso ha traído nuevos desafíos para la salud pública, pues han cambiado muchos hábitos. En esta oportunidad hablaremos sobre el efecto de las pantallas digitales en la visión. Para esto es preciso conocer qué es la luz azul y qué efectos tiene en el cuerpo humano. ¡Sigue leyendo para enterarte!


Escrito por Marina Ródenas Espinosa, enfermera y docente del área de sanidad de INESALUD. 


¿Cómo percibe la luz el ojo humano?

Los estímulos luminosos entran en nuestro globo ocular a través de la pupila. Esta se dilata o se contrae según las características de la luz mediante el movimiento del iris.  

Seguidamente, la luz traviesa el cristalino hasta llegar al humor vítreo y finalmente, la retina. Esta última está compuesta por células fotorreceptoras llamadas conos y bastones, que son las únicas células capaces de percibir la luz, y es justo en el centro donde se encuentra la mácula ocular, indispensable para la nitidez.  

Las células fotorreceptoras son las encargadas de transformar la luz en energía electroquímica que posteriormente se transforma en estímulos nerviosos que viajarán a través del nervio óptico hasta llegar a la corteza visual del cerebro. Esta última está situada en el lóbulo occipital del cerebro, donde se produce la percepción. Es decir, es allí donde se percibe la imagen.  

¿Qué es la luz azul y qué relación tiene con los dispositivos digitales? 

Conocemos como luz azul a aquella radiación electromagnética de alta energía con una longitud de onda corta, que es emitida por fuentes naturales, como el sol, y por fuentes artificiales, como las luces LED, fluorescentes y los dispositivos digitales o electrónicos. Por ejemplo, las pantallas de ordenador, los televisores y los smartphones.  

El espectro de luz que el ojo humano es capaz de percibir abarca desde 380 nm (luz azul o luz violeta) hasta 750 nm (luz roja). La luz blanca que nuestro ojo percibe está compuesta por un porcentaje de luz azul. Hay partes de esta luz que no son perjudiciales, como sucede con la luz azul turquesa, que es considerada parte del reloj natural, ya que influye en la regulación de los ritmos circadianos. No obstante, también incluye partes de luz azul violeta que es nociva para nuestros ojos.  

La luz azul violeta es la que tiene la longitud de onda más corta, por lo que es de mayor energía que la luz azul turquesa. Esta luz afecta directamente a las células que afectan a la mácula ocular situada en el fondo del ojo. En cuanto a la luz azul turquesa, hemos comentado que no es perjudicial para nuestra salud.

¿Qué son los ritmos circadianos? 

Los ritmos circadianos son los cambios que sufrimos durante un ciclo de 24 horas y son regulados por la producción de melatonina. Estos cambios incluyen los físicos, mentales y conductuales. Estos procesos naturales responden a los ciclos del sueño, relacionados con la luz y la oscuridad, que afectan a la mayoría de los seres vivos. Un ejemplo de ritmo circadiano relacionado con la luz es dormir durante la noche y estar despierto durante el día. 

Los relojes biológicos son los mecanismos internos que posee un organismo para regular y controlar el ciclo de los ritmos circadianos. La luz azul violeta de los dispositivos electrónicos y digitales puede confundir a estos relojes y, a su vez, alterar los ritmos circadianos.  

¿Cómo afecta la luz azul-violeta a nuestro organismo? 

La exposición prolongada a la luz azul-violeta puede tener varios efectos adversos en nuestro organismo. Uno de los riesgos más significativos es el desarrollo de la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), una enfermedad ocular progresiva que afecta a la mácula y puede provocar una pérdida de visión central. La luz azul-violeta de alta energía puede dañar las células de la retina, especialmente en personas susceptibles, lo que contribuye al desarrollo de la DMAE. 

Además, la exposición constante a la luz azul-violeta emitida por dispositivos electrónicos como pantallas de computadoras, teléfonos móviles, etc., puede causar fatiga y estrés visual. La luz intensa y deslumbrante de estos dispositivos puede provocar una mayor tensión en los músculos oculares y una disminución en el parpadeo, lo que resulta en una sequedad ocular y molestias visuales. Además, estos dispositivos se usan en distancias cortas y durante muchas horas al día.

Otro aspecto importante es la alteración de los ritmos circadianos. La luz azul-violeta tiene un impacto significativo en la producción de melatonina, una hormona responsable de regular el sueño y los ritmos circadianos. La exposición a la luz azul-violeta durante la noche puede suprimir la producción de melatonina, lo que dificulta conciliar el sueño y afecta negativamente la calidad del descanso. Esto puede provocar insomnio y trastornos del sueño a largo plazo. A su vez, puede tener repercusiones en la salud general, como una disminución del rendimiento cognitivo y un mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas. 

Estos efectos subrayan la importancia de tomar medidas para reducir la exposición a la luz azul-violeta, como el uso de filtros de luz o la limitación del tiempo de exposición a dispositivos electrónicos, especialmente antes de acostarse. 

Recomendaciones para el uso de pantallas 

Ahora que sabes qué es la luz azul violeta y cómo puede afectar a tu salud, con seguridad querrás conocer cómo protegerte. El empleo de pantallas se ha vuelto una parte integral de nuestras vidas, pero es importante tener en cuenta algunas recomendaciones generales para garantizar un uso saludable y seguro. 

En primer lugar, se debe establecer un tiempo de la utilización de pantallas equilibrado. Es recomendable establecer límites de tiempo, especialmente en el caso de niños y adolescentes.  

Por otro lado, es recomendable realizar descansos regulares ante el uso prolongado de pantallas. Esto es esencial para descansar los ojos y prevenir la fatiga visual. Es recomendable introducir los descansos antes de que aparezca la fatiga y no se debe tratar de compensar el tiempo de descanso aumentando el ritmo de trabajo durante los períodos de actividad. Los descansos cortos y frecuentes son más efectivos que los descansos largos y poco frecuentes. Estos deben permitir al trabajador relajar la vista, como, por ejemplo, mirando escenas lejanas, y también permitir la movilidad, cambiando de postura o dando algunos pasos. 

A modo de referencia, se pueden establecer descansos de aproximadamente 10 o 15 minutos por cada 90 minutos de trabajo frente a la pantalla. En tareas que requieran una gran atención o precisión, es recomendable realizar al menos un descanso de 10 minutos cada 60 minutos. En tareas con menos exigencias se podría reducir la frecuencia de los descansos, pero sin hacer menos de uno cada dos horas de trabajo frente a la pantalla. 

Mantener una distancia y posición adecuada también es importante. Se recomienda una distancia de al menos 60 centímetros para las pantallas y ajustar la altura de la misma para que esté a la altura de los ojos o ligeramente por debajo. Ya que conoces qué es la luz azul y su relación con los dispositivos, te recomendamos seguir las recomendaciones y proteger tu salud visual. 

Si quieres mantenerte informado sobre temas relevantes en la actualidad relacionados con la salud, sigue conectado/a con INESALUD. Además, te invitamos a consultar nuestro catálogo de cursos, que te permitirán profundizar en el estudio de la oftalmología y otras áreas de la salud. 

Facultades relacionadas

Solicitar información

Responsable EUROINNOVA BUSINESS SCHOOL, S.L. Finalidad Información académica y comercial de nuestros servicios de enseñanza Legitimación Consentimiento del interesado Destinatarios Encargados del tratamiento para cumplir con las finalidades Derechos Acceder, rectificar y suprimir los datos, así como otros derechos, como se explica en la información adicional 

Información adicional aquí