Razas autóctonas amenazadas en España
Las razas autóctonas de ganadería en España representan un valioso legado cultural, económico y ecológico. Su adaptación a los diversos ecosistemas del país y su vinculación con prácticas tradicionales les confieren una importancia relevante en la biodiversidad y el mantenimiento de paisajes únicos. Sin embargo, muchas de estas razas se encuentran amenazadas debido a la disminución de su población y la sustitución por razas comerciales más productivas. La conservación de estas razas no solo es un imperativo ético para mantener el patrimonio genético, sino también una necesidad ecológica y socioeconómica para preservar el equilibrio de los sistemas agrarios sostenibles.
Escrito por María Elena Martín Estepa, veterinaria y docente del área de veterinaria de INESALUD.
¿Qué son las razas autóctonas?
Las razas autóctonas son aquellas que se han desarrollado de manera natural en un territorio concreto, a lo largo de generaciones, adaptándose a las condiciones medioambientales específicas de la región. En España, estas razas han sido moldeadas por el clima, el relieve y la actividad humana, lo que las ha convertido en una parte imprescindible de los sistemas ganaderos tradicionales. A pesar de que suelen ser menos productivas en términos industriales que las razas foráneas, poseen características que las hacen especialmente resistentes a las adversidades del entorno local, como la escasez de agua o la baja calidad del pasto.
El Catálogo Oficial de Razas de Ganado de España, regulado por el Real Decreto 2129/2008, modificado en 2018, clasifica las razas autóctonas en diferentes grupos según su grado de amenaza. Este catálogo incluye razas de bovino, ovino, caprino, porcino, equino y aviar, entre otras especies, y constituye una herramienta fundamental para la preservación de este patrimonio genético.
Razas autóctonas amenazadas
El catálogo divide a las razas autóctonas en dos categorías principales: razas de fomento y razas en peligro de extinción. Las razas en peligro de extinción son aquellas cuya población reproductora o su rentabilidad es muy baja, lo que compromete su supervivencia a largo plazo. Estas razas, además de estar amenazadas, enfrentan el riesgo de pérdida de diversidad genética, lo que podría dificultar su adaptación a futuros cambios ambientales. Ejemplos de estas razas son:
Vaca pajuna
Originaria de Andalucía, esta raza bovina es conocida por su resistencia al clima seco y montañoso de la región. A pesar de ser una raza históricamente valorada por su capacidad de trabajo y producción de carne, su población ha disminuido considerablemente debido a la sustitución por razas más productivas.
Cerdo chato murciano
Originario de la Región de Murcia, es un cerdo de pequeño tamaño y gran rusticidad, que se adapta bien a las condiciones áridas de la región. Aunque su carne ha sido tradicionalmente apreciada, la introducción de razas comerciales más productivas ha mermado considerablemente su población.
Oveja ojalada
Esta raza ovina, presente en Castilla y León, es reconocida por su lana de alta calidad y su rusticidad. Sin embargo, el abandono de las prácticas ganaderas tradicionales ha llevado a una disminución drástica de sus efectivos.
Fotos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación
La importancia de la conservación
La desaparición de las razas autóctonas no solo significa la pérdida de un recurso genético único, sino también la pérdida de una parte del patrimonio cultural y social de las regiones rurales de España. Estas razas han sido, durante siglos, el sustento de comunidades que han desarrollado formas sostenibles de explotación ganadera adaptadas a las características locales. En la actualidad, con la creciente demanda de productos sostenibles y respetuosos con el medio ambiente, las razas autóctonas ofrecen un potencial sin explotar para el desarrollo de mercados diferenciados de productos de calidad.
Además, la conservación de las razas autóctonas es importante en la lucha contra la desertificación y la pérdida de biodiversidad. Muchas de estas razas están adaptadas a ecosistemas frágiles y, gracias a sus características, contribuyen al mantenimiento de los pastizales, evitando la erosión del suelo y favoreciendo el ciclo de nutrientes. La ganadería extensiva con razas autóctonas es, por tanto, una herramienta eficaz para la gestión sostenible de los recursos naturales.
Normativa y políticas de conservación
El Catálogo Oficial de Razas de Ganado de España clasifica a las razas en función de su situación y es una herramienta clave para su conservación. Según el Real Decreto 2129/2008, las razas en peligro de extinción deben recibir una atención especial, lo que incluye programas de conservación in situ y ex situ.
Los programas in situ se centran en la preservación de los animales en su entorno natural, mientras que los programas ex situ incluyen la creación de bancos de germoplasma, que permiten conservar material genético (semen y embriones) para su posterior recuperación.
El apoyo gubernamental es fundamental para la conservación de las razas autóctonas. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) ha desarrollado una serie de subvenciones y ayudas dirigidas a los ganaderos que crían razas en peligro de extinción. Estas ayudas buscan compensar la menor rentabilidad de estas razas en comparación con las razas comerciales, incentivando su cría y preservación.
Asimismo, la Ley 8/2003 de Sanidad Animal establece un marco jurídico para garantizar la protección de la salud de los animales y la conservación de la biodiversidad ganadera. Esta ley se complementa con el Reglamento (UE) 2016/1012, que regula la reproducción y la cría de animales, y que ha sido implementado para garantizar que los esfuerzos de conservación se realicen bajo criterios de sostenibilidad y eficiencia.
Retos y oportunidades para el futuro
A pesar de los esfuerzos realizados para conservar las razas autóctonas, los retos a los que se enfrenta su supervivencia son considerables. El abandono de las zonas rurales y la intensificación de la agricultura y la ganadería han sido factores determinantes en la reducción de sus poblaciones. Sin embargo, el creciente interés por la agricultura ecológica, el turismo rural y los productos de calidad diferenciada representa una oportunidad para revalorizar las razas autóctonas.
El mercado de productos agroalimentarios está experimentando una demanda creciente de productos locales, sostenibles y con denominación de origen. Además, la promoción de estos productos mediante sellos de calidad, como las Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP) y las Denominaciones de Origen Protegidas (DOP), puede contribuir a aumentar la rentabilidad de las razas autóctonas y generar un impacto positivo en las economías rurales.
Gracias a las políticas de conservación y a la creciente demanda de productos diferenciados y sostenibles, las razas autóctonas tienen la oportunidad de recuperar su protagonismo en el panorama ganadero español. Sin embargo, es necesario seguir promoviendo su cría, apoyando a los ganaderos y sensibilizando a la sociedad sobre la importancia de proteger este patrimonio genético único.
Esperamos que este artículo te haya resultado interesante y cree conciencia sobre la importancia de las razas amenazadas. Recuerda que, si quieres aprender sobre ganadería, diversidad o veterinaria en general, puedes echar un vistazo a los cursos de Veterinaria que tienes disponibles en nuestra página web.
Bibliografía
-
Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. (2008). Real Decreto 2129/2008, de 26 de diciembre, por el que se establece el Programa Nacional de Conservación, Mejora y Fomento de las Razas Ganaderas. Boletín Oficial del Estado, 23.
-
Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. (2003). Ley 8/2003 de Sanidad Animal. Boletín Oficial del Estado, 268.
-
Rodríguez, P., Martínez, A., & Caballero, E. (2018). Estrategias para la conservación de las razas autóctonas en España. Revista Española de Estudios Agropecuarios, 45(3), 123-132.
-
Martínez, J., García, P., & Fernández, M. (2020). Análisis de la diversidad genética en razas autóctonas en peligro de extinción. Agricultura y Ganadería Sostenibles, 12(2), 56-67.