Descubre la receta más antigua del mundo
Una pequeña libreta guardada en la cocina, un libro moderno o folios sueltos pueden contener las instrucciones sobre cómo realizar platos en el día a día o en momentos especiales. Pero, ¿cuál fue la primera receta que se escribió en el mundo?¿Y qué fue exactamente lo que se cocinó?
Y es que, aunque pensemos que las que recetas más antiguas son los guisos, pucheros, dulces… de nuestras abuelas, en las antiguas civilizaciones no existía una cocina tan compleja, ya que se disponía de pocos ingredientes y la alimentación era mucho menos compleja a nivel culinario.
Sabemos que la comida no solo nutre nuestro cuerpo, sino que también supone un gran valor cultural y tradicional en nuestra sociedad, porque nos ayuda a conectar con nuestro territorio y con un legado que se ha ido traspasando de generación en generación. En este artículo viajaremos hacia el pasado y nos sumergiremos en la historia para descubrir de qué se trata y cómo sigue tan introducido en nuestra alimentación básica hasta el día de hoy.
Escrito por Magdalena Arias García, nutricionista y docente del área de nutrición de INESALUD
¿Cómo se cocinaba en la antigüedad?
El ser humano, en la lucha por su supervivencia, ha buscado formas de transformar los alimentos crudos por formas que le ayudaran para mejorar su digestibilidad. Los primeros vestigios de cocina se remontan al final del paleolítico, cuando nuestros ancestros descubrieron el poder del fuego para cocinar carne de caza y vegetales o legumbres que cultivaban.
Con el paso del tiempo, estas técnicas rudimentarias evolucionaron, dando lugar a las primeras recetas documentadas.
Entonces, ¿Cuál es entonces la receta más antigua del mundo?
Entre los saberes gastronómicos del pasado, destaca una receta que ha perdurado a lo largo de milenios: la receta más antigua del mundo se escribió para saber cómo hacer pan.
Este antiguo manuscrito escrito en acadio cuneiforme, conocido como "la tablilla de barro de Yale", data de alrededor del 1700 a.C. y proviene de la antigua ciudad de Ur, en Mesopotamia. También añadía varios alimentos con los que realizar estofados.
La receta detalla el proceso de elaboración de pan utilizando ingredientes simples de la época: harina de trigo, agua y sal. Este descubrimiento arqueológico no solo nos proporciona una ventana a la vida cotidiana de hace milenios, sino que también nos revela la importancia cultural y nutricional de la harina y el pan en las antiguas civilizaciones.
¿Por qué aprender a hacer pan era tan importante?
El pan, como alimento básico, ha desempeñado un papel indiscutible en numerosas culturas y épocas a lo largo de la historia. En la antigua Mesopotamia, el pan no solo era una fuente de nutrición, sino también un símbolo de estatus social. Los egipcios, por otro lado, consideraban el pan como un regalo de los dioses y lo incluían en sus rituales religiosos. Incluso Ramses III ordenó incluir el proceso de elaboración del pan en su tumba en el Valle de los Reyes en Egipto.
Esto se ha mantenido hasta nuestros días, ya que participa en muchos rituales religiosos y sociales, como por ejemplo la “hostia” en la eucaristía cristiana y el “matzoh” en la pascua judía.
Su aspecto sería diferente al de hoy en día, puesto que tardaron en incorporar levadura (que le da la esponjosidad típica), así que parecería más un pan plano, ya que se aplastaba contra las paredes de los hornos, como se sigue consumiendo actualmente en varios países del Mediterráneo.
¿Qué sabemos de su contenido nutricional?
Desde un punto de vista nutricional, el pan proporciona carbohidratos, proteínas y fibra, convirtiéndolo en un componente adecuado de una dieta equilibrada. Además, la fermentación natural del pan puede mejorar su digestibilidad y aumentar la biodisponibilidad de ciertos nutrientes, como el hierro y el zinc.
El cereal que más se utiliza para la elaboración de pan es la harina de trigo, aunque actualmente hay mucha variedad con base en las demandas de la población: centeno, cebada, maíz, arroz…etc. Es curioso que las formas integrales, tan valoradas por su calidad nutricional, fueran desprestigiadas hasta hace unos años por el color oscuro que les daba el salvado.
Valor simbólico del pan hoy en día
A pesar de los avances tecnológicos y culinarios, la receta básica del pan ha resistido el paso del tiempo y sigue siendo un alimento indispensable de la dieta de millones de personas en todo el mundo. Desde baguettes francesas, panes artesanales, pan de pita hasta naan indio, el pan tiene un valor central en muchas culturas.
Dependiendo de las tradiciones y sus características culinarias, las regiones inducen diversas variantes respecto a los ingredientes; la elaboración del pan de una forma determinada proporciona un carácter propio y característico a una región, o a una gastronomía.
Debido a su simplicidad y su profundo significado cultural, sigue siendo un recordatorio tangible del valor que aportamos a la comida en nuestras vidas y recordándonos que, aunque las sociedades avancen, el consumo se diversifique y podamos acceder a alimentos y productos de cualquier parte del mundo, no perdemos la base de donde venimos. Tan simple como el mismo pan.
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Referencias
Dupaigne, Bernard (1999) The History of Bread. New York: Harry N. Abrams
R.J. Peña, (2017) Wheat for bread and other foods. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) https://www.fao.org/4/y4011e/y4011e0w.htm