Síndrome del nido vacío: cuando los hijos "vuelan"
Carmen, de 55 años, se sentó en el tranquilo comedor de su casa un viernes en la tarde. Sentía un silencio que antes habría resultado impensable en su bulliciosa casa. Durante años, este lugar fue testigo de las risas de sus hijos y de las historias compartidas alrededor de la mesa. Pero ahora, el reloj estaba marcado una etapa diferente: sus hijos se han ido de casa. Y esta situación llena a Carmen de sentimientos que no sabe cómo gestionar. Se trata del síndrome del nido vacío.
En este artículo, exploraremos qué es el síndrome del nido vacío, para conocer los desafíos y las oportunidades que esta transición presenta en la vida de los padres y madres.
Escrito por Cristina Molina Gallego, psicóloga y docente del área de psicología de INESALUD.
Que los hijos abandonen el hogar familiar puede ser una experiencia muy estresante y puede sacar a flote distintas emociones en los padres. Los sentimientos de tristeza, pena o incluso dolor que se producen son perfectamente normales y permitidos.
El síndrome del nido vacío es el conjunto de pensamientos y emociones que experimentan los padres cuando sus hijos se van de casa. Es una respuesta emocional ante la ausencia del hijo adulto que abandona el hogar.
El síndrome del nido vacío (SNV) no deja de ser un duelo, incluye sus etapas de negación, ira, negociación, depresión y finalmente aceptación.
Ambos padres pueden experimentar emociones significativas asociadas con el síndrome del nido vacío, sin embargo, las madres tienden a notarlo con más intensidad debido a que suelen asumir el rol de cuidador principal. En la actualidad el género femenino tiene un rol tradicional relacionado con la crianza y las tareas domésticas, por lo que también están más expuestas a sufrir el síndrome del nido vacío. Esta desigualdad ha llevado a que existan desviaciones en la percepción de la salida de los hijos de la casa.
Entre las causas diversas por las que un hijo/a decide abandonar el hogar familiar y comenzar una nueva etapa encontramos: estudiar en otra ciudad, estabilidad económica, vivir en pareja o de modo individual, matrimonio o nuevo destino laboral.
Aunque lo más habitual, es encontrar que los padres animen a los hijos a ser más independientes y autosuficientes, cuando finalmente se marchan, la experiencia puede convertirse en dolorosa.
¿Cuáles son los síntomas del síndrome del nido vacío?
Entre los síntomas físicos y psicológicos que pueden experimentar los padres cuando viven esta etapa de cambio, encontramos:
- Síntomas de depresión
- Sensación de pérdida de propósito en la vida
- Sensación de soledad
- Sentimientos de rechazo
- Excesiva preocupación por los hijos
- Estrés
- Ansiedad
Cabe destacar que todos los padres pueden ser susceptibles de experimentar estos sentimientos, aunque como hemos mencionado anteriormente, hay factores que promueven en mayor medida su aparición.
Estrategias para superar el síndrome del nido vacío
A continuación, presentamos algunas estrategias para afrontar esta nueva etapa y reorganizar tanto el tiempo propio como el compartido con la pareja, si se tiene.
En primer lugar, identifica tus funciones. Identifica las nuevas funciones que quieres desempeñar durante esta fase de nido vacío de tu vida. En segundo lugar, reconecta con tu pareja y refuerza las actividades y la unión. Se trata de la persona quien, ahora más que nunca, será un apoyo esencial.
El perder parcialmente el acercamiento con un hijo puede parecer difícil de tolerar, pero la forma en que se lleve depende en gran parte de las circunstancias materiales. Por ejemplo, del mercado laboral y la situación económica de cada familia.
Hay que liberarse del miedo a estar solos, pues cuando los hijos se van de casa es una etapa de reencuentro con la pareja y consigo mismo/a. Hay un reajuste total de la dinámica familiar, así como más tiempo libre para dedicarse a cumplir los propios deseos y metas. Conviene fomentar el diálogo, tolerar las diferencias, iniciar actividades conjuntas y utilizar la creatividad para los nuevos desafíos de la vida. La vejez también es una etapa para el crecimiento personal y el aprendizaje.
En conclusión, más que una crisis personal, el síndrome del nido vacío puede ser una crisis de pareja (si entendemos por crisis, un momento de cambio en el que deben generarse estrategias de afrontamiento distintas a las existentes anteriormente).
Para afrontar esta problemática, se debe seguir una serie de recomendaciones de regulación emocional. A su vez, en algunos casos puede ser necesario pedir ayuda profesional a un/a especialista. El especialista encargado de estos casos es un/a psicólogo/a. Para ello este terapeuta de la salud mental hará ver al paciente lo que le sucede y además propondrá una serie de modificaciones de su rutina diaria.
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