Influencia de la vía de administración en la absorción de fármacos
La forma en que tomamos un medicamento puede parecer algo irrelevante, pero tiene un impacto enorme en cómo funciona en nuestro cuerpo. El proceso, conocido como absorción, es esencial para que los fármacos lleguen a donde deben y cumplan su objetivo.
¿Alguna vez te has preguntado por qué algunos fármacos se administran por vía oral, mientras que otros se inyectan o incluso se aplican en la piel? Todo depende de las características del fármaco y de lo que queremos lograr con él. En este artículo, quiero explicaros cómo las diferentes vías de administración influyen en la absorción y qué implica esto para nuestra salud.
Escrito por Marianela Segura Flores, farmacéutica y docente de INESALUD.
La importancia en la vía de administración de los fármacos
La vía de administración de los fármacos no solo es una cuestión de comodidad, también determina la rapidez, cantidad y eficiencia con la que un fármaco llega al lugar donde debe actuar. Por ejemplo, si necesitas un alivio inmediato del dolor, un medicamento inyectado puede ser la mejor opción. Pero si buscas un efecto prolongado, quizás un parche transdérmico sea más adecuado.
Principales vías de administración de los fármacos
Cada vía tiene sus particularidades, ventajas y limitaciones; son los profesionales de la salud los que las evalúan cuidadosamente antes de prescribir un tratamiento.
1. Vía oral: la reina de la comodidad
Cuando pensamos en medicamentos, lo primero que nos viene a la mente es tomarlos con agua. La vía oral es la más común, pero también una de las más complejas. Esto se debe a que los fármacos deben atravesar todo el tránsito intestinal antes de llegar al torrente sanguíneo.
Por el camino por el tubo digestivo, se enfrentan a obstáculos como el pH ácido del estómago, enzimas digestivas y el famoso “metabolismo de primer paso” en el hígado, que reduce el gradiente de concentración del fármaco para hacer su trabajo. A pesar de todo, sigue siendo la favorita, gracias a su facilidad de uso y versatilidad.
2. Vía sublingual y bucal: efecto rápido y sin rodeos
Para aquellos momentos en que el tiempo es determinante, como una crisis cardíaca, estas vías son excelentes. Colocar un comprimido bajo la lengua o en la mejilla permite que el medicamento pase directamente al torrente sanguíneo, evitando el hígado y ofreciendo un efecto terapéutico casi inmediato. Es una forma rápida de alcanzar la circulación sistémica.
3. Vía intravenosa: directo al grano
Si necesitas el 100% de un medicamento en tu organismo y lo necesitas ya, la vía intravenosa es la respuesta. No hay fase de absorción, ya que el fármaco se introduce directamente en la sangre en un transporte activo. Aunque es altamente eficiente, también es invasiva y requiere personal especializado para administrarla.
4. Vía intramuscular y subcutánea: liberación programada
Estas vías consisten en inyecciones en el músculo o debajo de la piel. La vía intramuscular, al estar más vascularizada, permite una absorción más rápida, mientras que la subcutánea es ideal para liberar fármacos de forma sostenida, como la insulina.
5. Vía transdérmica: tecnología en la piel
Los parches transdérmicos son una solución ingeniosa para liberar medicamentos de forma constante a través de la piel. Son cómodos, fáciles de usar y minimizan los efectos adversos gastrointestinales. Esta difusión pasiva es ideal para tratamientos hormonales, analgésicos e incluso nicotina para dejar de fumar.
6. Vía rectal: cuando no hay otra opción
Aunque no sea la vía más popular, es útil en casos donde la administración por vía oral no es viable, como en pacientes con vómitos o inconscientes. Además, algunos medicamentos administrados de esta forma pueden evitar parcialmente el metabolismo hepático.
Otros factores que afectan la absorción
Aunque la vía de administración es muy importante, hay otros factores que también tienen un impacto significativo en la absorción del medicamento.
Por ejemplo, las características del propio fármaco juegan un papel fundamental: su tamaño molecular, su capacidad para disolverse en agua o grasa, y su estabilidad química son aspectos determinantes.
El estado del paciente también influye. Factores como la presencia de enfermedades, la edad o incluso la dieta pueden alterar cómo el cuerpo procesa el medicamento.
Por último, el tejido donde se administra el fármaco tiene mucho que decir. La cantidad de vasos sanguíneos, el pH local y las enzimas presentes pueden facilitar o dificultar su absorción.
Todo esto demuestra que la absorción de un medicamento es un proceso complejo y multifactorial.
Conclusión
La absorción de los medicamentos es como una carrera de obstáculos: depende de la vía elegida, las propiedades del fármaco y el estado del paciente. Elegir correctamente la vía de administración no solo optimiza el tratamiento, sino que también puede marcar la diferencia entre el éxito o el fracaso terapéutico.
Así que, la próxima vez que tomes un medicamento, piensa en todo el viaje que recorre para ayudarte. Es un recordatorio de cómo la tecnología farmacéutica está detrás de cada comprimido, inyección o parche que usamos.
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