ARN mensajero: la historia detrás del Premio Nobel de Medicina 2023

Premio nobel de medicina 2023

El premio Nobel de Medicina 2023 fue concedido, por el Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia), a Katalin Karikó y Drew Weissman, este 02 de octubre, por sus estudios sobre el ARN mensajero, que permitieron el desarrollo de las vacunas contra el Covid. 

Pese a que el desarrollo de estas vacunas fue vital para controlar una pandemia que puso "de cabeza" al mundo, el estudio del ARN mensajero no siempre tuvo el apoyo o reconocimiento necesario. De hecho, particularmente la historia de Katalin Karikó ha estado llena de altibajos en su carrera investigadora. En este artículo, te contamos la historia detrás del Premio Nobel de Medicina 2023. 


Escrito por María Fernanda Ramírez Ramos, periodista especializada en salud y redactora de INESALUD. 


"A través de sus descubrimientos innovadores, que han cambiado fundamentalmente nuestra comprensión de cómo interactúa el ARNm con nuestro sistema inmunológico, los galardonados contribuyeron a la tasa sin precedentes de desarrollo de vacunas durante una de las mayores amenazas a la salud humana en los tiempos modernos", señaló el jurado del Nobel en un comunicado de prensa. 

Y es que la investigadora húngara y el investigador estadounidense trabajaron durante más de 20 años para comprender el ARN mensajero y conseguir volverlo estable y manipularlo. Particularmente, sus descubrimientos se dieron alrededor de las modificaciones de bases de nucleósidos. Estas modificaciones fueron exactamente las que permitieron el desarrollo de vacunas eficaces de ARN mensajero contra el Covid-19.

Premio Nobel de Medicina 2023

Con Karikó, 13 mujeres han sido galardonadas con el Premio Nobel de Medicina.

Katalin Karikó: de la sombra a heroína

"Si no me hubieran tratado tan mal, no existiría la vacuna de ARN contra la Covid". Con esta potente frase, Katalin Karikó, de 67 años, explicó en entrevista con el diario El Correo cómo su trabajo de investigación ha estado lleno de dificultades.

Tras obtener su doctorado en Hungría en 1982, con una carrera prometedora y diversos reconocimientos en el área de las ciencias, Karikó tuvo que migrar a Estados Unidos en 1985, pues en su país natal se encontró con falta de financiación para desarrollar sus investigaciones.

Junto a su hija de dos años y su esposo, esta mujer llegó a Filadelfia para seguir investigando. Fue entonces, cuando empezó a interesarse por el ARNm o ARN mensajero. Sin embargo, se encontró con rechazos continuos de farmacéuticas y grupos de investigación cuando solicitaba recursos para investigar ese tema, como lo ha contado en reiteradas ocasiones.

No obstante, no solo se le cerraban las puertas de la financiación, también tuvo contratos precarios por varios años. Incluso 10 años después de haber llegado a Estados Unidos, la científica húngara no tenía un puesto de profesora a tiempo completo. "Mi salario no daba ni para pagar el alquiler, nos manteníamos con el trabajo de mi marido", comentó en la misma entrevista con El Correo. Ser migrante también le ocasionó rechazos por algunas personas. De hecho, ha narrado como un compañero quiso deportarla. 

Pese a todo, Karikó no se rindió jamás. En 1997, se encontró por casualidad en una fotocopiadora con Drew Weissman, su colega también galardonado. Empezaron a trabajar juntos y comprendieron la trascendencia del ARNm y vislumbraron cómo esta tecnología podría transformar el campo de la medicina. En 2005 consiguieron uno de sus principales logros: modificar el ARN. Desde entonces, sus investigaciones han sido probadas en animales con distintos tipos de virus. 

Así, tras 30 años de investigaciones, lograron tener varios ensayos de laboratorio y tecnologías desarrolladas. De esta forma, cuando llegó la pandemia, las gigantes empresas biotecnológicas (Pfizer - Moderna) ampliaron la escala del proceso y adoptaron esta tecnología para la fabricación de sus vacunas.

Esto les permitió producir vacunas en grandes cantidades con el propósito de inmunizar a una gran parte de la población global. Esto se debe a que las vacunas basadas en ARNm se pueden desarrollar con mucha rapidez y resultan más económicas que las tradicionales. 

El ARNm es el mecanismo que las células utilizan para transmitir información desde su núcleo a otras partes del interior celular. De ahí su nombre de mensajero. Este proceso se da para generar indicaciones que señalan cuáles proteínas y procesos son adecuados para mantenerse saludables y funcionales. Cuando se modifica el ARNm, es posible cambiar la información y hacer que la célula sintetice prácticamente cualquier proteína. Se podría decir que se trata de enviar "información e instrucciones" a las células, sin modificarlas completamente. 

En los últimos años, se han llevado a cabo ensayos clínicos de vacunas basadas en ARN para tratar el VIH, diversos tipos de cáncer y otras enfermedades respiratorias. No obstante, aún son grandes los retos, pues el ARN es muy inestable. 

Sin duda la historia de Katalin Karikó, Premio Nobel de Medicina 2023, es una historia de perseverancia, vocación y trabajo duro. Nos permite entender la importancia de apoyar la investigación, aún cuando sus frutos tarden en aparecer. 

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