Abordaje multidisciplinario de la fibromialgia: el papel central de la fisioterapia en el manejo del dolor y la funcionalidad
La fibromialgia afecta a millones de personas en todo el mundo, especialmente mujeres, que viven con dolor generalizado. En este contexto, la fisioterapia emerge como un pilar fundamental en el manejo de esta condición. En este artículo, exploraremos la relación entre fisioterapia y fibromialgia.
Escrito por el Dr. Salvador Santiago Pescador, docente del Grado en Fisioterapia de la Universidad Europea Miguel de Cervantes UEMC
La fibromialgia es una afección que se caracteriza por dolor musculoesquelético persistente, difuso y generalizado. Se desconoce la causa exacta que la produce, aunque se piensa que puede existir una predisposición genética, que puedan estar involucrados factores emocionales y cognitivos, o la capacidad biopsicológica de los pacientes para hacer frente al estrés.
La fibromialgia puede provocar fatiga, rigidez articular generalizada, sensibilidad térmica, dolores de cabeza, trastornos del estado de ánimo o problemas en el sueño, entre otros síntomas. Es fácil entender que convivir con un trastorno crónico multifactorial que provoca dolor y altera la función es difícil, por lo que la labor de un equipo multidisciplinar es fundamental.
La fisioterapia es una disciplina que puede ayudar a reducir el dolor y mejorar la función en pacientes que padecen fibromialgia. Esta afectación se considera un síndrome de sensibilización central - el sistema nervioso central amplifica la entrada sensorial, derivando en un aumento de la respuesta ante estímulos dolorosos o un mayor dolor de lo esperado ante estímulos no dolorosos - que es explicado por el dolor nociplástico.
Este dolor surge de una nocicepción alterada - estos son estímulos nocivos regulados por el sistema nervioso central - a pesar de que no haya daño en el tejido real o potencial producido por una enfermedad o lesión que causa el dolor.
El afrontamiento activo del dolor es fundamental en la fibromialgia. Esto se logra mediante la educación del paciente sobre el dolor para comprenderlo y así comenzar a afrontarlo. A partir de esa concienciación se recomienda comenzar gradualmente a realizar ejercicios de movilidad, coordinación, fuerza, equilibrio y de conciencia corporal.
Es interesante combinarlo con el uso de la imaginería motora, siendo este un proceso donde la persona con los ojos cerrados debe imaginar un movimiento o acción sin llegar a desempeñarlo en la realidad. Los movimientos imaginados activan áreas cerebrales que permiten controlar de forma efectiva el dolor.
En conclusión, el tratamiento de la fibromialgia es multidisciplinar y debe ser individualizado. En este contexto, la fisioterapia puede aportar estrategias efectivas para el manejo del dolor y la mejora funcional, aumentado de esta forma la calidad de vida del paciente.
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