¿Cómo se trata la fibromialgia? Medicamentos y otras opciones

fibromialgia

Tal vez hayas escuchado hablar de la fibromialgia, una enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo. Sin embargo, ¿sabías que esta condición sigue siendo un enigma en muchos aspectos? 


Escrito por Génova Huertas García, farmacéutica y docente de INESALUD. 


El síndrome de fibromialgia (FM) es un trastorno crónico caracterizado por dolor músculo-esquelético (músculos, tendones y articulaciones) generalizado e hiperalgesia en áreas específicas del cuerpo, conocidas como puntos sensibles o puntos de dolor, en los que se produce una aflicción desmesurada e incluso espasmos musculares al contacto.  

Además, otros síntomas comunes de la fibromialgia incluyen:

  • Trastornos del sueño y cansancio.
  • Dificultades cognitivas, en los que hay problemas para concentrarse y pérdida de memoria.
  • Rigidez muscular o anquilosamiento.
  • Trastornos digestivos.
  • Problemas genitourinarios
  • Sensación de hormigueo en algunas partes del cuerpo, conocidas como parestesias.

Además de estos síntomas, tampoco se debe olvidar la repercusión emocional que el padecimiento de dolores crónicos supone para el paciente, por lo que la ansiedad y los trastornos depresivos se presentan muy frecuentemente. 

¿Cuál es el origen de la enfermedad? 

La causa exacta de la fibromialgia aún no se comprende completamente, pero se cree que están involucrados factores genéticos, neuroquímicos, hormonales y ambientales. Entre las teorías más aceptadas se incluye el incremento anormal de componentes químicos encargados de transmitir señales del dolor en el cerebro.

Condicionantes como el estrés, el trauma físico o emocional, los trastornos del sueño, infecciones y ciertas enfermedades autoinmunes pueden favorecer el desarrollo de la enfermedad a quienes están predispuestos genéticamente. 

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Epidemiología 

Es uno de los trastornos reumatológicos más frecuentemente observado después de la artrosis, siendo su prevalencia entre un 2 y un 6% de la población. Además, se desarrolla con más frecuencia en mujeres que en hombres, siendo la incidencia más elevada entre los 40 y 50 años. 

¿Cómo se diagnostica? 

No existe una prueba específica para diagnosticar la fibromialgia, por lo que el diagnóstico se basa en los síntomas del o de la paciente, descartando otras posibles causas de dolor crónico. En la actualidad no hay un consenso sobre qué criterios diagnósticos utilizar, aunque la ACR (American College of Radiology) publicó en 2016 la última actualización para realizar la evaluación de estos pacientes.  

Existe discordancia entre los reumatólogos en el empleo de estos criterios a causa del número de falsos positivos y negativos existentes debido a la identificación de pacientes positivos que no lo son según la interpretación de estos criterios o la falta de diagnóstico en pacientes que sí padecen síndrome de fibromialgia.  

Tratamiento de la fibromialgia  

El tratamiento de la fibromialgia generalmente implica un enfoque multidisciplinar, entre los que se incluye el empleo de medicamentos, la terapia física, la terapia psicológica, técnicas de relajación y otras terapias complementarias. 

Con respecto a los tratamientos no farmacológicos, encontramos que la actividad física para quienes padecen fibromialgia es muy conveniente. En concreto, se recomienda la realización de ejercicio de forma progresiva y gradual, evitando el sedentarismo, ya que la práctica física constante contribuye a la mejora de la sintomatología.

De forma concomitante, estas personas han de recibir apoyo psicológico para que puedan adquirir habilidades que los capacite para afrontar su enfermedad, mejorando así estados de ansiedad y depresión.  

Tratamiento farmacológico para la fibromialgia

Llegados a este punto es el momento de hablar del tratamiento farmacológico para la fibromialgia. La falta de conocimiento sobre la etiología exacta de la enfermedad repercute en la medicación utilizada. Debido a ello, los fármacos empleados no atacan la raíz del problema, pero son eficaces en el manejo de la sintomatología. 

El abordaje farmacológico se basa en la neuromodulación química, con el objeto de disminuir el dolor. Para ello se emplean fármacos que pueden actuar de dos modos: 

Aumentando la inhibición o bloqueo del sistema nociceptivo o de percepción del dolor. En este grupo podemos encontrar: 

  • Inhibidores de la recaptación de las bioaminas noradrenalina, serotonina y dopamina. Dentro de esta categoría se utilizan los tricíclicos, siendo la amitriptilina el principio activo más empleado, aunque es una sustancia con efectos adversos que pone en juego la adherencia terapéutica. Con el fin de evitar esos efectos adversos ocasionados por los tricíclicos se usan los inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina (IRSN), entre los que se encuentra la venlafaxina o la duloxetina. Esta última ha demostrado acción analgésica en el corto plazo de 12 semanas.  

Fármacos opioides como el tramadol, presenta también actividad en la recaptación de serotonina y noradrenalina, con una acción analgésica moderada.  

  • Agonistas de receptores dopaminérgicos y gabaérgicos.   

Para el tratamiento de la fibromialgia severa se está probando en diferentes ensayos clínicos el pramipexol, ya que actúa a nivel de los receptores dopaminérgicos D2,D3 y D4. También se encuentran en fase de ensayo el ropirinol o la rotigotina para ver la respuesta que ofrecen como analgésicos. 

Respecto a la vía gabaérgica, el oxibato de sodio y levetiracetam con indicaciones terapéuticas para la narcolepsia y la epilepsia respectivamente, están siendo puestos a prueba para el manejo del dolor, así como para la mejora de la calidad del sueño. 

Disminuyendo los mecanismos que estimulan el sistema nociceptivo.  

  • Inhibidores de los canales iónicos: fármacos con actividad sobre los canales de sodio y calcio, como la gabapentina y pregabalina, disminuyen la liberación de neurotransmisores excitatorios del sistema perceptivo del dolor.  

  • Antagonistas de los receptores NMDA, tales como la ketamina o el dextrometorfano con cierta acción analgésica, se han utilizado, pero en menor medida. 

Como resumen cabe indicar que, aunque no se produce lesión del Sistema Nervioso Central, la fibromialgia implica una alteración de la función nociceptiva, en la que se producen dolores constantes que repercuten en un deterioro de la calidad de vida. Por esta razón, se ha de incentivar la continua investigación y desarrollo de medicamentos en esta área. 

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Referencias 

Bonilla Sierra, P., & Lanchi Rueda, J. Y. (2022). Evolución de la epidemiología y diagnóstico de fibromialgia en los últimos diez años. Revisión bibliográfica. Journalprosciences.com. https://journalprosciences.com/index.php/ps/article/view/578/618

Collado, A., & Conesa, A. (2009). Tratamiento farmacológico de la fibromialgia: hacia la neuromodulación química. Reumatologia clinica5, 27–31. https://doi.org/10.1016/j.reuma.2009.04.003

 

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