La obsesión por la perfección: Descubriendo la verdad detrás de la cosmeticorexia
Limpieza facial profunda para eliminar impurezas, exfoliación para renovar la piel, mascarillas faciales para nutrir y revitalizar, hidratación facial para mantener la piel suave, serums con ingredientes activos, cremas y tratamientos anti edad, tratamientos de ácido hialurónico y vitamina C para mejorar la textura y luminosidad... ¿Son tratamientos inocuos? ¿Pueden resultar perjudiciales?
En la sociedad actual, la presión por cumplir con los estándares de belleza impuestos por los medios de comunicación y la industria de la moda ha llevado a la aparición de trastornos alimentarios y dismórficos corporales cada vez más comunes. Uno de estos trastornos, conocido como cosmeticorexia, ha ganado relevancia en los últimos años debido a su impacto en la salud mental y física de quienes lo padecen, especialmente en los casos de edades tempranas, donde cada vez es más frecuente.
Escrito por Marta López Viseras, ingeniera química y docente de INESALUD.
¿Qué es la cosmeticorexia?
La cosmeticorexia es un trastorno psicológico que se caracteriza por una obsesión desmedida por la apariencia física y la búsqueda constante de la perfección estética. Este fenómeno afecta cada vez a gente más joven debido a diversos factores, como la presión social para cumplir con los estándares de belleza idealizados, el bombardeo constante de imágenes retocadas en los medios de comunicación y en las redes sociales, y la influencia de celebridades y figuras públicas que promueven una imagen corporal irreal.
La exposición temprana a estos mensajes y la falta de habilidades para discernir entre la realidad y la ficción en las imágenes manipuladas contribuyen a que las personas jóvenes sean especialmente vulnerables a desarrollar cosmeticorexia. Este problema traspasa las fronteras; en 2023 se publicó un estudio en Estados Unidos sobre el uso de maquillaje y productos cosméticos en la población infantil y las implicaciones del mismo con resultados reveladores. El 70% de los niños y niñas encuestados habían usado productos cosméticos.
Las personas que sufren de cosmeticorexia suelen experimentar una insatisfacción crónica con su imagen corporal, enfocándose en pequeños detalles o imperfecciones que perciben como defectos. Esta obsesión puede llevar a conductas extremas, como dietas restrictivas, ejercicio excesivo, cirugías plásticas innecesarias o el uso abusivo, o inapropiado de productos cosméticos.
La creciente prevalencia de la cosmeticorexia ha llevado a una importante cadena de farmacias sueca a tomar medidas sin precedentes y prohibió la venta de cosméticos destinados a edades avanzadas a menores de 15 años. Esta decisión se basa en la preocupación por el uso prematuro de productos que contienen activos potencialmente perjudiciales para la piel de los niños, reconociendo así la importancia de proteger la salud dermatológica y mental de las generaciones más jóvenes.
Esta iniciativa destaca la necesidad urgente de concienciar sobre los riesgos asociados con la presión estética y el consumo desmedido de productos cosméticos. Asimismo, se subraya la importancia de promover una relación saludable y equilibrada con la belleza y el cuidado personal desde edades tempranas.
Causas y factores de riesgo
La cosmeticorexia puede tener múltiples causas, que van desde presiones sociales y culturales hasta problemas emocionales subyacentes. La exposición constante a imágenes idealizadas de belleza en los medios de comunicación y las redes sociales, así como el continuo bombardeo de contenido relacionado con la imagen y la belleza, puede influir en la percepción distorsionada que tienen algunas personas sobre sus cuerpos.
Además, experiencias traumáticas, baja autoestima, trastornos de ansiedad o depresión también pueden contribuir al desarrollo de la cosmeticorexia. Los factores genéticos y ambientales también juegan un papel importante en la predisposición a este trastorno.
¿Cómo combatimos la cosmeticorexia?
Para prevenir y tratar la cosmeticorexia es fundamental fomentar una imagen corporal positiva y realista desde una edad temprana.
Promover la diversidad de cuerpos y desafiar los estándares de belleza irreales en los medios de comunicación puede ayudar a reducir la presión social sobre la apariencia física. Además, es importante fomentar la autoaceptación y la autoestima saludable, enseñando a las personas a valorarse por sus cualidades internas y no solo por su aspecto externo. La terapia cognitivo-conductual y el apoyo emocional son herramientas efectivas para abordar las creencias distorsionadas sobre la imagen corporal y desarrollar una relación más saludable con uno mismo.
La importancia de promover una imagen corporal saludable en la juventud
La cosmeticorexia es un trastorno cada vez más relevante en nuestra sociedad, obsesionada con la imagen y la perfección estética. Es fundamental concienciar sobre los riesgos asociados con esta condición y promover una cultura del cuerpo positiva que valore la diversidad y la autenticidad.
La prevención temprana, el apoyo emocional y el tratamiento especializado son clave para abordar este problema de manera efectiva y proteger la salud integral de quienes se ven afectados por él. Juntos podemos trabajar hacia una sociedad más inclusiva y comprensiva donde cada individuo se sienta valorado por quien es, más allá de su apariencia física.