Diabetes tipo 2 y contaminación: hasta un 20% de casos están relacionados
¿Sabías que desde hace años se ha estado estudiando la relación entre la diabetes y la contaminación? Y es que además de factores genéticos, del sedentarismo y de la alimentación, el aire que respiramos puede afectar la forma en la que nuestro cuerpo produce insulina.
La conexión entre la diabetes tipo 2 y la contaminación del aire plantea preguntas inquietantes sobre nuestra salud y el entorno que habitamos. En este artículo, analizaremos esta relación.
Escrito por María Fernanda Ramírez Ramos, periodista especializada en salud y redactora de INESALUD.
Una reciente investigación de la revista Lancet, que hace una revisión de la epidemiología del aumento del riesgo cardio metabólico y su relación con la contaminación, recalca la preocupación por este fenómeno en crecimiento.
Y es que, según la Evaluación de la Carga Global de Enfermedades se estima que el 20% de los casos globales de diabetes tipo 2 están relacionados con la exposición crónica a partículas en suspensión (PM) con un diámetro de 2,5 μm o menos.
Así, la contaminación atmosférica es uno de los principales factores de riesgo de diabetes. En contraste, para reducir la carga mundial de morbilidad de la diabetes tipo 2, es preciso que se aborde la contaminación del aire desde un enfoque de salud pública. La contaminación y el cambio climático tienen un efecto en la salud que cada vez es más preocupante.
La exposición continua a los tipos de contaminantes presentes en el aire, como partículas finas, óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles, puede desencadenar cambios en el metabolismo, contribuyendo así al desarrollo de diabetes.
Las células beta, responsables de producir insulina en el páncreas, son cruciales en la regulación del azúcar en la sangre. Sin embargo, la contaminación ambiental puede desencadenar respuestas inflamatorias en el cuerpo que afectan negativamente a estas células beta. La investigación ha demostrado que la exposición a contaminantes ambientales puede llevar a una disminución en la función de estas células, incrementando así el riesgo de diabetes tipo 2.
Una publicación realizada en la Revista Environmental Toxicology and Pharmacology los isómeros de HCH afectaron la función del páncreas en ratones. Aunque estos compuestos han sido prohibidos en muchos países, aún están presentes en el ambiente y son difíciles de eliminar, como sucede con muchos contaminantes. Por esta razón, sus efectos nocivos sobre la salud pueden persistir por un tiempo desconocido.
"Los contaminantes persistentes se almacenan en el tejido adiposo humano y, desde allí, se liberan lentamente a la sangre. Por lo tanto, las células beta humanas están expuestas a concentraciones potencialmente crecientes durante toda su vida", señaló esta investigación.
El periodo crítico de exposición a la contaminación parece ser extenso, pues los daños podrían producirse después de muchos años de exposición continua. Así, los cambios pueden ser lentos y apenas percibirse.
Pero no solo las partículas del aire han sido asociadas con un mayor riesgo de diabetes. Elementos como el arsénico y el cadmio, que se encuentran principalmente en el agua y en alimentos, respectivamente, también se relacionan con un mayor riesgo de diabetes.
A su vez, la exposición a contaminantes químicos, principalmente hidrocarburos y sustancias asociadas con los plásticos, están aumentando el riesgo de diabetes. Particularmente, la diabetes tipo 2 se ha relacionado con los PFAS, hidrocarburos hidrogenados y BPAS, como señala una investigación publicada en el New England Journal of Medicine.
Diabetes, una enfermedad que crece y crece
La diabetes ha alcanzado proporciones epidémicas en los últimos años, pues afecta a millones de personas en todo el mundo. De hecho, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, OMS, el número de personas con diabetes pasó de 108 millones en 1980 a 422 millones en 2014. Y las cifras siguen en aumento.
La diabetes tipo 2 es una enfermedad crónica que afecta a un considerable número de personas en todo el mundo. Los síntomas de la diabetes tipo 2 a menudo incluyen aumento de la sed, micción frecuente, visión borrosa y fatiga persistente.
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Diversos factores de riesgo, como la resistencia a la insulina, un estilo de vida sedentario, y antecedentes familiares de la enfermedad, pueden aumentar la probabilidad de desarrollar esta condición. Además, las mujeres embarazadas pueden experimentar diabetes gestacional, un factor adicional que puede influir en la salud a largo plazo.
Mantener un nivel de glucosa en sangre inferior a 126 mg/dl es crucial para el control de la diabetes y prevenir complicaciones como enfermedades renales. La actividad física regular y la adopción de un estilo de vida saludable, que incluya alimentos saludables y evite bebidas azucaradas, son fundamentales para mantener un nivel de azúcar en sangre adecuado.
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Referencias
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Estimates, trends, and drivers of the global burden of type 2 diabetes attributable to PM2·5 air pollution, 1990–2019: an analysis of data from the Global Burden of Disease Study 2019. (s/f). Thelancet.com. Recuperado el 22 de febrero de 2024, de https://www.thelancet.com/pdfs/journals/lanplh/PIIS2542-5196(22)00122-X.pdf
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